
Son parte de la vida cotidiana y están en todas partes. Los encontramos en nuestra habitación, en el transporte o en el trabajo, e influyen en nuestro estado de ánimo al brindarnos tranquilidad, seguridad, tristeza o ponernos alertas. De igual modo, los profesionales en publicidad estudian a detalle su uso para conectar emocionalmente con su audiencia y obtener los resultados deseados. Y tú también puedes ser más más creativo con ayuda de los colores; sólo sigue leyendo…
En nuestra sociedad, la generación de nuevas ideas ha sido un proceso dinámico que va de lo personal a lo grupal; gracias a ello, el progreso cultural es tangible prácticamente en cualquier ámbito: artístico, escolar, científico y muchos más. Si bien la creatividad es un rasgo natural en el ser humano, puede ejercitarse desde que somos niños y potenciar nuestro talento a lo largo de la vida. Se trata, pues, de crear con originalidad expresiones nuevas, impactantes y memorables.
Sin embargo, la innovación y la inteligencia creativa no dependen solamente de tus capacidades personales; por el contrario, el entorno donde las ejerces influye de modo determinante en tu afán y en sus resultados. Por ejemplo, si intentas escribir una carta en una habitación sin ventanas y con paredes grises, y después tratas de hacerlo en un parque rodeado de naturaleza, notarás la diferencia al momento de redactar y en el contenido de la misiva.
Justamente así nació este artículo. Con un primer intento entre cuatro paredes grises y escasa iluminación, el resultado fue nulo; después, le di vueltas a las ideas que llegaban a cuentagotas; por último, salí de la habitación y, al encontrarme envuelto por los colores del entorno, como por arte de magia los párrafos comenzaron a fluir, claros y concisos: un jardín fue el escenario ideal para obtener dicho resultado.

Esto sucede porque el impacto emocional y las sensaciones que nos provocan los colores se reflejan directamente en nuestras acciones. La buena noticia es que, como cada color nos afecta de manera distinta, podemos usarlos a nuestro favor, según el resultado que deseemos obtener: desde relajarnos, cambiar nuestro estado de ánimo o ser más productivos, las tonalidades cromáticas que nos rodean influyen en nuestra psique y conducta.
¿Qué nos dice la psicología del color al respecto? Este campo de estudio analiza la percepción del color, nuestras respuestas ante diversas tonalidades y las emociones que nos provocan. Si bien hay asociaciones personales y subjetivas, la física del color, los comportamientos instintivos y el entorno cultural determinan, hasta cierto punto, nuestras reacciones; por ejemplo, la división de colores fríos—azules, violetas, morados— y cálidos —naranjas, rojos, magentas— obedece tanto a las longitudes de onda de la luz como a nuestra asociación con el hielo, la nieve o la noche, en contraste con el fuego, el sol, la arena del desierto o la sangre.
Ahora, echa un vistazo a tu alrededor y nota el efecto que los colores provocan. Por ejemplo, verás que los restaurantes de franquicia o de comida rápida suelen usar colores rojos y naranjas en sus imágenes y su decoración con la finalidad de atraer comensales, ya que esta gama cromática se asocia con la sensación de hambre y con el sentido de impulsividad o urgencia.

Siguiendo el mismo principio, puedes elegir colores en tu entorno según tus necesidades del momento. ¿Quieres estar en un lugar donde te sientas tranquilo y seguro? Entonces ve a la tienda de pinturas y no dudes en seleccionar un color azul para pintar tu habitación, que de seguro te ayudará a serenarte y hasta a conciliar el sueño. O bien, si deseas un ambiente inundado de bienestar y vitalidad, el verde será tu mejor aliado; si no lo crees, pregúntale a las plantas que viven en tu hogar. ¿Buscas un ambiente sobrio, formal y elegante? Con el negro o las gamas de gris lo lograrás, pues incluso al vestir reflejan estas características; pero ten cuidado, pues también se asocian con emociones negativas, como el luto y la tristeza.
Como ves, la creatividad y el uso del color van de la mano; provocan sensaciones que invaden nuestros sentidos para evocar emociones e impulsar una acción: ese es el objetivo al crear una obra de arte, diseñar la portada de un libro, un anuncio publicitario o las señales de precaución en las vías públicas, o bien al elegir la paleta de colores para las paredes de una exhibición o de tu cuarto. Si bien no existe un manual o un método universal para desarrollar la creatividad con base en los colores y en las tonalidades visuales del entorno, considera los siguientes consejos para fomentar tu creatividad con el color:
- Identifica tu motivación y relaciónala con colores que empaten con ella. Por ejemplo, si eres melómano puedes poner de fondo tu sinfonía favorita, cerrar los ojos y dejar que tu imaginación vaya poniendo los colores de cada sección, cada frase musical y cada emoción que te genera la música.
- Pasión es el segundo elemento, el motor que te hará seguir adelante. Dale un color específico a aquello que te apasiona y cada vez que necesites un impulso o aliento para continuar, déjate inundar por lugares, objetos, pinturas y cualquier otra cosa que contenga el “color de tu pasión”.
- Mide tu reacción emocional ante el color. Como me sucedió a mí, quizá la pared color caqui que tienes frente a tu escritorio en el trabajo sea la que te bloquea creativamente, te hace sentir aletargado o incluso te deprime. Toma nota de cuáles son los colores predominantes en los lugares que más odias y en los que resultan más confortables para ti; quizás encuentres un patrón para evitar lo que te desalienta.
Ahora que sabes cómo inducir alegría, tristeza, tranquilidad, seguridad o misterio con el uso del color, elige los mejores matices en tus espacios para inspirarte. Durante el proceso creativo, es fundamental la disciplina para continuar a pesar de los bloqueos u obstáculos que encuentres en el camino y, por último, arriésgate siempre, porque la creatividad es justamente eso: salir del molde, de una zona fácil para sobresalir en un mundo donde la saturación de mensajes es avasallante.
