Los más famosos hoteles ficticios del cine, la TV, la música y la literatura

Los más famosos hoteles ficticios del cine, la TV, la música y la literatura
Francisco Masse

Francisco Masse

En el mundo hay hoteles tan icónicos como el Hotel Chelsea, en Nueva York, donde Arthur C. Clarke, Janis Joplin, Bob Dylan, Patti Smith y Leonard Cohen han sido huéspedes frecuentes; otros, como el Ritz de París, son famosos porque en ellos duermen jefes de estado y miembros de la realeza. Y es que hospedarse en un hotel es una experiencia singular que desde hace mucho ha nutrido la inspiración de escritores, guionistas y músicos. Por eso, aquí veremos algunos de los hoteles ficticios más recordados del cine, la música y la literatura.

Hotel Ritz de París
Hotel Ritz de París

Empecemos por dos sombríos hoteles que fueron escenario de crímenes atroces e inolvidables para los lectores y cinéfilos del mundo. El primero de ellos es el Bates Motel, fruto de la imaginación del escritor Robert Bloch, que sirve de marco para la novela PsicosisPsycho— (1959) y la cinta homónima de 1960, dirigida por Alfred Hitchcock. Este sitio es propiedad del atormentado Norman Bates (Anthony Perkins), quien en apariencia es un joven dulce y tímido que cuida de su anciana madre, pero oculta un secreto… que no revelaré para no spoilear a quien no haya visto o leído este clásico del género del terror. Muchos años después, el emblemático establecimiento fue el título y también el tema central de una teleserie protagonizada por Freddie Highmore y Vera Farmiga —en los roles de Norman y Norma Bates, respectivamente—, la cual es una precuela que narra los hechos que llevaron a lo sucedido en la cinta de 1960.

El otro tétrico establecimiento es el Overlook Hotel, donde se desarrolla la trama de The ShiningEl resplandor, tanto en la versión literaria publicada en 1977 por “el rey del terror”, Stephen King, como en el soberbio filme dirigido por Stanley Kubrick, donde Jack Nicholson encarna a Jack Torrance, un padre de familia y aspirante a escritor que se contrata como cuidador del hotel durante el invierno. En ese sitio, totalmente aislado del mundo la mitad del año debido a la nieve, en la mente de Jack sucede algo que nunca sabemos si es un descenso a la locura… o un recuerdo de una vida previa. En el mundo real, los interiores del Overlook fueron construidos dentro de un set en Londres, y las vistas exteriores corresponden al Timberline Lodge, en Oregon, EUA —la verdad yo no me hospedaría ahí jamás, mucho menos en la habitación 237.

Fachada del Hotel Timberline Lodge, en Oregon, usado en la película 'El Resplandor'

En tiempos más recientes, una cadena de hoteles ficticios que ha ganado notoriedad en la cultura pop es el Continental de la franquicia John Wick, cuyas cuatro entregas fueron protagonizadas por Keanu Reeves. A lo largo de la saga, sabemos de la existencia de al menos cuatro sedes —Nueva York, Roma, Casablanca y Osaka—, cuyas instalaciones funcionan como santuario para toda clase de mercenarios y asesinos a sueldo, pues en ellas no debe llevarse a cabo ningún “negocio”; es decir, está prohibido golpear, pelear o ejecutar a alguien dentro del hotel, so pena de ser “excomulgado” y perseguido. Un dato curioso es que las locaciones de la primera película de 2012 fueron filmadas en el Beaver Building, un esbelto edificio ubicado en el corazón del distrito financiero de Nueva York.

Dentro del llamado “cine de arte”, otro hotel que no podemos pasar por alto es el Grand Budapest Hotel, ubicado en Europa Oriental, específicamente en el imaginario país de Zubrowka, todo esto en la cinta homónima de 2014 dirigida por Wes Anderson, donde Ralph Fiennes interpreta a Monsieur Gustave H., el prestigiado concièrge del establecimiento. Confieso que no he visto la cinta, así que no tengo mucho que agregar al respecto; ya resarciré esa omisión.

Grand Budapest Hotel

Pasando al lado musical, es imposible no hacer referencia al Hotel California del que habló la banda estadounidense The Eagles en su álbum y su exitosísima canción de 1976. En la portada, el hotel retratado es el famoso Beverly Hills Hotel de Los Angeles, y el primer tema del álbum es el compuesto por Don Felder, Don Henley y Glenn Frey, que habla de un misterioso y “adorable lugar” que lo mismo “podría ser el Cielo que el Infierno” y es administrado por una mujer fatal. Al final, horrorizado por una sangrienta escena, el huésped intenta huir, pero es detenido por el vigilante, quien le recuerda que “puede salir en cualquier momento, pero jamás podrá partir”; a la fecha, nadie se pone de acuerdo sobre el significado de los muchos simbolismos imbuidos en la letra de esta canción.

Portada del álbum 'Hotel California', de Eagles

Para cerrar, hablemos del Gran Hotel; pero no del suntuoso Grand Hotel de Berlín, donde un aburrido John Barrymore enamora a “la divina” Greta Garbo en la clásica cinta de 1932; me refiero a otro Gran Hotel donde, más a fuerza que queriendo, termina trabajado el gran Mario Moreno “Cantinflas”: en la trama de esta cinta de 1944, el “peladito” es desalojado de su cuarto por no pagar la renta —y por descalabrar al dueño de la vecindad mientras intentaba romper una piñata— y, gracias a su amiga Carmelita, es contratado como bell boy o botones. Sobra decir que se trata de una comedia llena de equívocos, confusiones y situaciones desternillantes de las que, como siempre y gracias a su imparable verborrea, Cantinflas sale avante y con la frente en alto.

¿Recuerdas alguna otra novela, película o canción que tenga lugar en un hotel?

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