
¿Te gusta la música electrónica? Pues debes de saber que antes del techno, el house o el synthpop, y mucho antes de que los sintetizadores digitales dominaran los escenarios, existieron unos valientes que se aventuraron a moldear el sonido con rudimentarios cables, osciladores, cintas magnéticas y, eso sí, mucha imaginación. Hoy los llamamos pioneros de la música electrónica; pero en su época se les decía científicos locos, artistas marginales o, simplemente, rarezas incomprendidas.
La música electrónica surgió a partir de una serie de descubrimientos paralelos en varias partes del mundo: por un lado, científicos e ingenieros creaban equipos para investigar las propiedades del sonido; por el otro, había quienes los convertían en instrumentos. En este contexto emergieron músicos y artistas como Pierre Schaeffer, en Francia; Daphne Oram y Delia Derbyshire, en el Reino Unido, Walter Carlos —hoy Wendy Carlos— en Estados Unidos y Perrey & Kingsley, un dúo francoamericano que le dio un toque juguetón y pop a su experimento sonoro. Hablemos un poco de cada uno de ellos.
Pierre Schaeffer: el primer alquimista del sonido
En la década de 1940, el ingeniero, musicólogo y compositor francés Pierre Schaeffer (1910-1995) revolucionó la manera en que entendemos la música. Fue el creador de la musique concrète —música concreta, en español—, una técnica que consiste en grabar sonidos del mundo real —trenes, pasos, voces, ruidos industriales— y manipularlos con cintas magnéticas.

Su pieza “Étude aux chemins de fer” (1948), basada en sonidos de trenes, se toma como una de las primeras composiciones de música electrónica de la historia. No había sintetizadores, sólo grabadoras de carrete, tijeras y diúrex para recortar y pegar la cinta; con esta primitiva técnica, Schaeffer no sólo cambió la forma de componer, sino también la definición de lo que se considera música.
Delia Derbyshire: la dama del futuro
Uno de los nombres más emblemáticos del Radiophonic Workshop de la BBC es el de Delia Derbyshire, una matemática y música británica que se unió a esta división experimental en 1960. Allí fue responsable de llevar la música electrónica al gran público sin que éste lo notara del todo.
Su obra más famosa es, sin duda, la versión electrónica del tema de la serie de televisión Doctor Who (1963), compuesta en origen por Ron Grainer, pero completamente transformada por Delia. Usando generadores de tono, osciladores y cintas magnéticas, Derbyshire creó un sonido hipnótico y futurista que marcó a toda una generación.

Perrey & Kingsley: divertidos, robóticos y brillantes
Cuando en Europa la música electrónica tomaba un matiz serio, casi académico, en Estados Unidos apareció un dúo que mezcló la experimentación sonora con el humor: Jean-Jacques Perrey (1929-2016) y Gershon Kingsley (1922-2019). Perrey, originario de Francia, fue uno de los primeros en trabajar con el Ondioline, un sintetizador precursor de los teclados modernos; en 1966, junto a Kingsley, lanzó el álbum The In Sound from Way Out!, una explosión de sonidos burbujeantes, loops, voces alteradas y ritmos optimistas que aún suenan como del futuro.
Ahora bien, los mexicanos hemos escuchado cientos de veces a Perrey, aún sin saberlo, pues “The Elephant Never Forgets” del álbum Moog Indigo (1970) por décadas fue el tema musical de El chavo del ocho. Kingsley, por su parte, fue autor de “Popcorn” (1972), un tema instrumental que se convirtió en el primer éxito mundial de música electrónica y que ha sido reversionado infinidad de veces.
Walter/Wendy Carlos: el sintetizador se vuelve clásico
Ningún recuento de los pioneros estaría completo sin hablar de Walter Carlos, quien en 1972 se sometió a una operación de reasignación de sexo y hoy es conocida como Wendy Carlos (1939- ). En 1968, Carlos lanzó el álbum Switched-On Bach, una reinterpretación de piezas de Johann Sebastian Bach en la que utilizó exclusivamente el sintetizador Moog, el más avanzado de su época.

Este álbum fue un éxito total: ganó tres premios Grammy y demostró que la música electrónica no tenía que sonar experimental o extraña; por el contrario, podía ser bella, precisa y refinada. También compuso la banda sonora de las cintas de Stanley Kubrick A Clockwork Orange (1971) y The Shining (1980), y participó en el soundtrack de Tron (1982). Estas obras consolidan su lugar como una figura central en la música electrónica para el cine.
Daphne Oram: la arquitecta invisible
Daphne Oram (1925-2003) fue cofundadora del BBC Radiophonic Workshop y una de las primeras mujeres en dirigir su propio estudio de música electrónica. En 1957 desarrolló una técnica llamada Oramics, que consistía en dibujar formas sobre una película de 35 mm para controlar los parámetros del sonido. Esta técnica visual del sonido fue precursora de la síntesis gráfica, y aunque su trabajo fue ignorado por mucho tiempo, hoy se le reconoce como una figura esencial en la historia de la música electrónica y el arte sonoro.
El legado de los pioneros
La música electrónica que hoy disfrutamos debe su existencia a personas que, armadas con grabadoras, artículos escolares, instrumental científico y una mente abierta, rompieron todos los paradigmas musicales de su época, diluyendo la línea que dividía las ciencias y las artes. Ninguno de ellos sabía que estaba inventando un nuevo lenguaje, no lo hacían por la fama ni buscaban tener hits virales: a todos los movía la emoción de descubrir nuevos sonidos y de explorar lo desconocido. Aunque algunos vivieron muchos años en el anonimato, gracias a artículos como este están siendo rescatados del olvido.



