
El mundo se ha convertido en un dédalo de pantallas: computadoras, tabletas electrónicas, celulares y televisores son nuestra ventana a la realidad. Incluso si caminamos por estaciones del metro o del metrobús, encontraremos pantallas y más pantallas. Nuestros ojos están permanentemente conectados a los eventos del planeta y los usamos para escanear información a cualquier hora, minuto o segundo del día y en cualquier lugar. Pero, como era de esperarse, el cuerpo humano aún está adaptándose a esa apabullante cantidad de impactos visuales.
Hace poco, tuve una infección en la garganta que se manifestó en mis ojos. El doctor me dijo que tenía un caso normal de conjuntivitis, cuyos síntomas incluyen secreciones amarillas o verdes —lagañas— tan abundantes que a veces uno no puede abrir el ojo; por fortuna, una limpieza con jabón especial y la aplicación de gotas oftálmicas remediaron todo. Sin embargo, me asusté porque, admitámoslo, nuestra vida depende en gran medida de la vista: salir a la calle, escribir en la computadora, manejar, utilizar el teléfono, ir al cine o ver la TV, todo ello implica el uso de nuestros ojos. Por eso, aquí te propongo algunos consejos y retos para ejercitar tus sentidos, descansar tus ojos y cuidar tu visión:
- Masajéate. Tómate un tiempo para masajear con tus dedos índices el área alrededor de los ojos; hazlo con calma y sin ejercer mucha presión.
- Visualiza. Esta técnica se utiliza desde en terapias y meditaciones hasta en talleres literarios; la idea es cerrar los ojos mientras una voz o una música te guían a través de paisajes hermosos, sensaciones agradables o lugares tranquilos. La visualización sirve mucho para relajarse, disminuir el estrés o como un detonador creativo.
- Escucha música. Si quieres relajar tu visión y te encuentras solo, nada es mejor que poner ese disco —o, bueno, esa playlist— que te encanta, cerrar los ojos por unos minutos y perderte en el sonido de tus músicos favoritos.
- Juega a los sabores. Este juego es divertido entre amigos o puede convertirse en algo sensual si lo haces en pareja; se trata de tomar turnos para vendarse los ojos, probar diferentes alimentos e intentar adivinar lo que se está consumiendo.
- Haz ejercicio. A veces, nuestro estilo de vida puede ser muy sedentario, ya sea por falta de tiempo, trabajo en exceso o, simplemente, por flojera; pero hay que “tomar al toro por los cuernos” y hacer al menos quince minutos diarios de ejercicio: sentadillas, lagartijas y abdominales son buenas para iniciar, o puedes investigar y planificar una rutina más elaborada. Así podrás descansar la vista y concentrarte en otras partes de tu cuerpo.
- Consume alimentos sanos. Para mantener la salud visual, se recomienda consumir alimentos como la zanahoria, el hígado, el mango, la papa, los huevos o la calabaza.
- Practica el 20/20. Si pasas mucho tiempo frente a un monitor, cada veinte minutos retira tu vista de la pantalla y mira hacia el horizonte durante al menos veinte segundos; eso permitirá que tus ojos descansen.
- Reconoce los besos. Este es un juegopara pasar un rato agradable con tus amigos de confianza: venden los ojos de uno de los participantes, luego tres personas del sexo opuesto le darán un sonoro beso en la mejilla; quien tenga los ojos vendados evaluará, del uno al diez, qué tan bueno fue cada beso y tratará de adivinar quién se lo dio.
- Juega a Marco Polo. Ve a una alberca y revive tu infancia jugando este clásico con tus amigos. Uno de los participantes tendrá vendados los ojos y gritará “Marco”; los demás deberán responder “Polo” para que quien tiene los ojos vendados se oriente y pueda atraparlos. Quienes hayan sido capturados deberán ir saliendo de la alberca.
- Haz una bolsa misteriosa. Para estimular el sentido del tacto —o, también, jugar con los más pequeños—, coloca distintos objetos en una bolsa de tela gruesa; haz que los demás metan la mano y, valiéndose sólo del sentido del tacto, traten de adivinar qué es cada objeto.
La intención de estas propuestas es darle un descanso a nuestra vista. También es recomendable visitar al optometrista al menos una vez al año y hacer uso del resto de nuestros sentidos que, a veces, olvidamos en esta época moderna repleta de maravillas visuales.
