Hemos llegado a la parte final del año, en la que podemos hacer un recuento de las cosas buenas, de las malas, de los hechos históricos y de los personales que, ahora, ya son recuerdos. Todos nos hemos llevado grandes sorpresas y decepciones, pero en este momento yo me siento feliz por seguir compartiendo algunas letras en esta sección, a la que le he tomado mucho cariño.
En esta ocasión te contaré acerca de un tema interesante por la forma en que cada país lo lleva a cabo: los rituales para despedir el año y darle la bienvenida al siguiente. Sin más, te dejo el último Trisquel del 2017. ¡Feliz fin de año y que tengas un 2018 increíble!
Willka Kuti: año nuevo andino en Bolivia
Empezamos con un ritual que practican los indígenas de Bolivia para celebrar el año nuevo andino amazónico, que en su tradición corresponde al año 5525. Las tres etnias más representativas de este país —aimaras, quechuas y guaraníes— realizan un conjunto de ceremonias y rituales ancestrales, en los cuales presentan diversas ofrendas.
El ritual comienza desde las primeras horas de la madrugada, cuando los indígenas se reúnen en algunos lugares considerados sagrados para sus culturas, donde esperan los primeros rayos de sol, que marcan el comienzo de un nuevo ciclo agrícola. Esto es el Willka Kuti, que señala el inicio de una nueva era —la “era Pachacuti”— la cual, según los andinos, traerá momentos de profundo cambio y el retorno a la armonía y el equilibrio.
Las principales celebraciones se desarrollan en el Fuerte de Samaipata, un enclave arqueológico a ciento veinte kilómetros de la ciudad oriental de Santa Cruz, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Ahí se concentran los indígenas de todas las etnias para recibir al lucero del alba, denominado Yasitatoa Guazu por la noche y Koen Biya al amanecer. También se quema todo aquello que no se necesita y se regalan a la tierra los frutos de la cosecha pasada.
En otro centro de celebraciones, el complejo prehispánico de Tlahuanaco, los amautas —o sacerdotes— aimaras, con melodías de flautas andinas, dan la bienvenida a los primeros rayos del sol brindando la tradicional ofrenda a la Madre Tierra, o Pachamama, para agradecerle los bienes recibidos y pedir bendiciones para el nuevo ciclo.
En este ritual se espera que las primeras luces del alba sean muy azules, sobre un cielo totalmente despejado en el cual despunten con intensidad los primeros rayos del sol, preludiando un día radiante. Esto, según las tradiciones andina y amazónica, presagia un año fructífero y lleno de riquezas. En ese momento, como dicta la tradición, los asistentes levantan los brazos al cielo para recibir la potente energía que les ofrece el alba.
Los rituales del año nuevo chino
Para el pueblo chino, el Año del Gallo comenzó en enero de 2017. En esta cultura, uno de los primeros rituales para iniciar el año es pegar tiras de papel rojo en las puertas de sus casas, con el propósito de ahuyentar a una bestia llamada Nián, que según sus creencias vive en las profundas aguas del mar.
Esta bestia, de aspecto feroz y cruel, tiene un cuerpo extraño, parecido a un toro con cabeza de león. Cuenta la leyenda que dicha criatura, al llegar el invierno y haber escasez de comida, sale a invadir las aldeas para comerse el ganado y los cultivos de la gente. Para alejarla, los pobladores cuelgan tiras de papel y faroles rojos por todos lados, y encienden fuegos artificiales con el mismo fin.
Antes de que empiecen los festejos, los chinos “eliminan la mala suerte” del año anterior haciendo limpieza y ordenando la casa; después, colocan adornos de color rojo con mensajes positivos de riqueza y buena suerte, y preparan platillos que simbolizan la prosperidad, la longevidad, la unidad familiar, la felicidad y la fortuna. Estos platillos incluyen largos fideos sin cortar, sopa de pescado —con la cabeza y la cola—, pollo y langostinos. Además, se preparan pastelitos dulces de arroz, que representan el comienzo de un año mejor y se regalan a familiares y amigos. Al terminar la cena de fin de año, las familias permanecen despiertas para dar la bienvenida al año nuevo y ahuyentan a Nián con fuegos artificiales.
Durante los primeros quince días del año, se practican rituales que comienzan a la medianoche del primer día, cuando la gente truena petardos y visita a sus familiares. En los días siguientes, llevan ofrendas al dios de la fortuna, adoran a sus dioses y expulsan a los fantasmas, entre otras actividades. Según los chinos, estos rituales atraen la buena fortuna y la salud, propician la buena suerte en el comercio y permiten obtener buenas cosechas.
Después de los primeros quince días, comienzan a sonar los tambores y los gongs, y disfrutan de las danzas del dragón y de la feria Changdian —Changdian es una pequeña calle en el distrito Xuanwu que, durante la Fiesta de la Primavera, se transforma en mercado y en una feria a la que llegan turistas locales y de todas partes del mundo.
Rosh Hashaná: el año nuevo judío
En el inicio del año nuevo —que en esta ocasión se celebró el pasado 20 de septiembre—, el pueblo judío conmemora el aniversario de la creación de Adán y Eva. Este día se conoce como Rosh Hashaná y, según el calendario hebreo, dio comienzo el año 5778.
Esta festividad inicia con unos días de balance espiritual: los fieles realizan un examen de conciencia para reconocer todos los errores que cometieron en el año que finaliza y piden perdón por las faltas ante los hombres y ante Dios.
Las calabazas son un elemento esencial del menú tradicional, pero los judíos varían su menú para celebrar el año nuevo. En estas fechas, todo lo referente a la gastronomía va envuelto en una simbología religiosa particular e incluye ingredientes como los dátiles, las hierbas amargas e, incluso, una cabeza de pescado. El primer día del nuevo año, se cocinan platillos dulces para olvidar los episodios amargos del año anterior y empezar con un sabor más amable en el paladar. Las manzanas con miel también están presentes en esta fiesta judía, ya que con ellas se formula el deseo de tener un año dulce.
En las casas, las mujeres prenden velas y se recitan bendiciones. Lo mismo sucede en las sinagogas, donde se preparan lecturas de la Torá y se toca el shofar —un instrumento parecido a la trompeta, hecho con un cuerno de carnero—, cuyo propósito es despertar la conciencia de los fieles para que se arrepientan de sus malas acciones.
La celebración judía de año nuevo termina diez días después, con la festividad de Yom Kippur, o Día del Perdón, cuyo tema principal es la expiación de los pecados.