Tener relaciones sanas y satisfactorias: el secreto para una vida larga y plena

Tener relaciones sanas y satisfactorias: el secreto para una vida larga y plena
Paola Iridee

Paola Iridee

Inspiración

Si alguien pregunta al aire qué es la felicidad, es probable que las respuestas más comunes hablen de un conjunto de circunstancias, pero seguramente todas ellas incluirán un par de cosas muy concretas: dinero y fama.

Desde el siglo pasado, mucha gente considera que ese dúo es la clave para una buena vida, y alguno entrará en detalles afirmando que “el dinero lo compra todo”, desde la razonable estabilidad financiera hasta el pomposo reconocimiento de la gente. Pero les tengo noticias: un estudio reciente ha revelado que el pilar más importante para alcanzar dicha felicidad es la estabilidad emocional.

Esa fue la conclusión del estudio más extenso hasta la fecha sobre la felicidad, realizado por la Universidad de Harvard a lo largo de setenta y cinco años [1] , con base en el seguimiento que se hizo a más de setecientas personas que aceptaron formar parte de él desde principios de la Segunda Guerra Mundial.

Los participantes fueron divididos en dos grupos: estudiantes de Harvard y jóvenes de los barrios más pobres de Boston, para contrastar las diversas dificultades de cada uno. Durante casi ocho décadas, contestaron cuestionarios sobre su vida en general, su estado de salud y su dinámica en el hogar, en intervalos de dos, cinco y diez años.

Los resultados fueron muy claros: una persona feliz y satisfecha con su vida tiene más posibilidades de vivir más tiempo y de estar mental, física y emocionalmente sana. Quienes a sus cincuenta años se sentían parte de una comunidad, estaban rodeados de personas en las que podían apoyarse y dedicaban tiempo a sus seres queridos, llegaron a la edad de ochenta años más saludables y más felices que el resto.

Una persona feliz y satisfecha con su vida tiene más posibilidades de vivir más tiempo...

Por otro lado, más allá de la estabilidad económica y del éxito profesional —que sí son relevantes a la hora de determinar la calidad de vida—, durante siglos nos hemos preguntado cuál es el sentido de la vida. Y aquí va la actualización: no se trata sólo de tener un propósito, sino de tener con quién compartirlo, sin importar el objetivo monetario o narcisista que tengas en la cabeza.

El estudio también reveló que, lejos de términos poéticos y tintes melancólicos, la soledad mata. La gente que se siente sola tiende a vivir menos tiempo y a tener mala salud. Pero no nos confundamos: la soledad puede ser maravillosa, nos ayuda a conocernos, a volver a nuestro centro y a estar bien con nosotros mismos; aunque no es lo mismo elegir una soledad sana y momentánea que estar en soledad porque no tenemos a nadie con quien compartir lo que somos.

Ahora bien, la conseja popular de “mejor solo que mal acompañado” encierra mucha verdad: la investigación arrojó que se es más feliz divorciado o separado que en una relación tóxica o poco satisfactoria; aunque hay que tener claro que ninguna relación es color de rosa y que todas requieren de voluntad, trabajo, decisión y cariño para mantenerse a flote.

Rodearte de gente positiva también es imperativo: personas que te aportan, que te hacen sentir valioso o valiosa, que están contigo cuando en verdad lo necesitas. Identifica quiénes son estas personas en tu vida y construye con ellas un círculo de virtud.

Rodearte de gente positiva también es imperativo...

Por otro lado, no sólo las relaciones íntimas son importantes, también lo es el papel en la comunidad a la que pertenecemos; la gente con la que compartimos una realidad, costumbres, espacio y tiempo afecta lo que somos y lo que nos pasa, queramos o no. Por eso es importante obtener respeto dentro de ella, y aportar a nuestro entorno y a la gente que nos rodea por medio de lo que somos y hacemos.

Aunque como dice el actual director del proyecto, Robert Waldinger, el estudio sigue en proceso, queda claro que a pesar de las diferencias ambientales, históricas y socioculturales, lo que más nos acerca a la felicidad tiene que ver con nuestra naturaleza humana como animal social. En resumen, una buena vida consiste en tener relaciones interpersonales sanas y satisfactorias.

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[1] Un resumen de dicho estudio puede consultarse aquí.

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