Terminator: historia de la saga para disfrutar la nueva serie animada de Netflix

Terminator: historia de la saga para disfrutar la nueva serie animada de Netflix
Bernardo Monroy

Bernardo Monroy

Creatividad

29 de agosto de 1997, 2:14 am. Todos sabemos que la historia de la humanidad cambió para siempre ese día, pues el fuego se extendió por todo el planeta y, en tan sólo veinticuatro horas, calcinó a millones de seres humanos, desde mandos militares hasta niños que jugaban en los parques. Después, las máquinas tomaron el control y los pocos sobrevivientes humanos conocieron esa fecha como “El Día del Juicio Final”… o, al menos, así sucede en la saga de Terminator, una historia poderosa, perdurable y con arquetipos sólidos que, luego de cuarenta años, sigue vigente con una nueva serie animada que se estrenará el 29 de agosto.

Con motivo de su aniversario, hagamos un recorrido por la historia de una de las franquicias de ciencia ficción más importantes del cine: Terminator. Te recomiendo poner atención, pues de ello dependerá que sobrevivas cuando las máquinas por fin tomen el control del planeta y tengas que unirte a la resistencia. Así que, como se dice en las películas de esta saga, “ven conmigo si quieres vivir”…

Cartel de la primera de las películas

El complejo de Frankenstein

Antes de hablar de James Cameron y de su exterminador, es pertinente recordar uno de los temas que desde hace siglos ha inquietado a escritores de ciencia ficción: la posibilidad de que las máquinas —desde una cafetera hasta la supercomputadora o el sistema de defensa más complejos— tomen consciencia de sí mismas y, aprovechando nuestra dependencia de ellas, controlen y subyuguen a la raza humana.

En estos días, con la popularización de las inteligencias artificiales, las discusiones sobre este tema son hasta un poco fastidiosas; pero, hace años, el escritor Isaac Asimov definió este temor irracional y generalizado por la rebelión de las máquinas como el “complejo de Frankenstein”, aludiendo a la novela clásica de Mary Shelley y a su famosa criatura hecha con partes de cadáveres.

En muchos de sus relatos, Asimov presenta a robots inteligentes que son amigables y leales con el ser humano. Pero también está el otro polo: cuando las máquinas son autónomas, malvadas y despiadadas, y además imitan perfectamente al ser humano para pasar desapercibidas. En este tenor, podemos rastrear el cuento “La segunda variedad” (1953) de Philip K. Dick, que describe un planeta desolado por la guerra nuclear donde un soldado presencia cómo cosen a balazos a un pobre muchacho, para después darse cuenta de que en realidad es un robot tan perfecto que es casi indistinguible de los humanos.

Años después, Harlan Ellison concibió dos cuentos parecidos a la trama que hoy analizamos: “Soldado del futuro” (1957), el cual trata sobre un combatiente que viaja mil años al pasado para llegar al siglo XX, y “No tengo boca y debo gritar” (1967), donde la antagonista es una computadora militar que toma consciencia y extermina a la humanidad, dejando vivos sólo a nueve humanos para torturarlos hasta el infinito.

Por el gran parecido de sus historias con los sucesos de The Terminator, Ellison demandó a la productora por plagio y ejerció gran presión mediática y legal; al final, hubo un arreglo económico y los créditos finales de la cinta se cambiaron para reconocer el trabajo de Ellison. No podemos poner las manos al fuego por nadie, pero, como hemos visto, estas ideas y estos miedos han estado por siglos en el ambiente, sin propiedad intelectual exclusiva de nadie, por lo que lo más probable es que se haya tratado de una casualidad.

El implacable Cameron y JC

Cuenta el cineasta James Cameron —creador de éxitos como Aliens (1986), Titanic (1997) y Avatar (2009)— que una vez tuvo una fiebre muy alta, decidió irse a dormir y soñó con un esqueleto metálico que emergía de entre las llamas y se acercaba a él. El realizador despertó sudando, asustado y jadeando, y decidió dibujar a su pesadilla: uno de los villanos cibernéticos más temibles del cine había nacido.

La trama de Terminator, coescrita por Cameron y Gale Anne Hurd, es muy conocida: en el futuro, una inteligencia artificial de uso del ejército, Skynet, toma control del planeta bombardeando con misiles nucleares a todos los países. Los sobrevivientes son enviados a campos de concentración y sólo un hombre da la cara por la humanidad: el salvador John Connor, cuyas iniciales no fueron elegidas al azar, pues siguiendo el arquetipo de la figura mesiánica, son las mismas que las de Jesucristo… aunque también son las de James Cameron.

Cuando Skynet se da cuenta de que John es una amenaza, utiliza una máquina del tiempo para enviar a un robot cuya misión es eliminar a Sarah Connor, la madre de éste. John sabe del plan y envía al rescate a uno de sus mejores soldados, Kyle Reese, sin imaginar el papel crucial que éste tendrá en su vida.

“Hasta la vista, baby”

La película se estrenó en 1984 en pocas salas de cine, pues la productora Orion no estaba segura de su éxito. Pero, ¡oh sorpresa!, gracias a las actuaciones de Linda Hamilton, Michael Biehn y, desde luego, de Arnold Schwarzenegger como el T-800, la máquina asesina por excelencia, poco a poco The Terminator se convirtió en una cinta de culto.

En 1991, la esperada secuela llegó a los cines: Terminator 2: el Juicio Final, uno de los grandes hitos en la cultura popular noventera. Protagonizada de nuevo por el T-800, presenta a un Terminator mucho más avanzado y letal: el T-1000, que está hecho con metal líquido y es capaz de adoptar cualquier forma, incluso la de un ser humano. Los efectos especiales y sonoros fueron revolucionarios para la época, al grado de que muchas personas que no habían visto la primera entrega fueron a las salas sólo para asombrarse con las capacidades del nuevo Terminator. ¿Y qué decir de las frases que quedaron en el habla popular: “I’ll be back”, “Hasta la vista, baby” y la ya mencionada “Ven conmigo, si quieres vivir”?

Después de estas dos cintas, la franquicia se extendió con cuatro entregas más: Terminator 3: la rebelión de las máquinas (2003), Terminator Salvation (2009) —la única sin Arnold Schwarzenegger—, Terminator Genisys (2015) y Terminator Dark Fate (2019), las cuales tienen lugar en líneas de tiempo alternativas; además, hay cómics, novelas gráficas y series de TV. En 2024, Terminator Zero será una serie animada que se aleja de la familia Connor para centrarse en Malcolm Lee, un científico que vive en Japón e inventa a Kokoro, una IA que rivaliza con Skynet, la cual, fiel a su forma de ser, envía a un robot para matarlo.

Cartel de "Terminator Zero", serie animada de Netflix

Muchos son los motivos que convierten a una película en un clásico de su tiempo: desde la amenaza cibernética y el fantasma de una guerra nuclear, hasta temas profundos y universales como el destino, el libre albedrío, el liderazgo, la ética, el amor materno o la condición humana. El impacto de Terminator en la cultura popular es tal que cada vez que ocurre una fallo informático mundial —como la reciente caída de Microsoft que paralizó servicios en bancos y aeropuertos— las redes sociales aluden a Skynet tomando el control del mundo.

Resta decir que Terminator es una saga con muchas caras y tantas interpretaciones como los humanos podemos darle, pero siempre se centra en dos ideas: el futuro y la carrera de la raza humana contra su propia extinción. Pero, como dice Sarah Connor en su monólogo final de Terminator 2: “El futuro incierto avanza hacia nosotros. Por primera vez lo afronto con un sentido de esperanza, porque si una máquina, el Terminator, puede aprender el valor de la vida humana, tal vez también nosotros podamos hacerlo”.

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