
Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor —nombre de la autora y periodista franco-mexicana Elena Poniatowska— nació en París el 19 de mayo de 1932, hija de un noble francés emparentado con la realeza polaca y de una aristócrata mexicana. A los diez años, debido a la Segunda Guerra Mundial, migró con su familia a México y adquirió la nacionalidad mexicana de su madre. En la actualidad es una de las escritoras mexicanas más reconocidas, sobre todo por sus estupendas crónicas de sucesos que marcaron el orden político y social en México.
Su obra es vasta y variada: relatos de ficción, notas periodísticas y novelas en las que algunas veces incluye autoficción. Poniatowska inició su carrera como periodista en 1953, algo que no fue fácil porque se trataba de una profesión predominantemente masculina; con trabajo arduo, talento y disciplina, se abrió paso y venció la condescendencia de aquellos que la llamaban “Elenita” y consideraban su trabajo como “menor”. En periódicos como Excélsior y Novedades publicó crónicas, entrevistas y notas sobre lo que a ella le apasionaba: lo que le ocurre a la gente, los “cómo, cuándo y por qué”, habilidad que después explotaría en su narrativa.

A través de la polifonía testimonial, la narrativa y los ensayos, Poniatowska pone al alcance del lector recuentos de primera mano en torno a eventos desastrosos, trágicos y relevantes para los mexicanos. La lucidez en su escritura, la atención al detalle y la creatividad para estructurar sus textos le han valido distintos galardones a lo largo de su carrera, entre los que se cuentan el Premio Nacional de Lingüística y Literatura en 2002; el Premio Mazatlán en 1971 y 1993, por sus obras Hasta no verte Jesús mío y Tinísima, respectivamente; el premio Alfaguara en 2001, por su novela La piel del cielo; y en 2011 fue ganadora del Premio Biblioteca Breve, otorgado por la editorial Seix Barral, por su novela Leonora.
En 2013 recibió el Premio Cervantes, el más alto galardón de las letras en español, “por una brillante trayectoria literaria en diversos géneros, de manera particular en la narrativa y en su dedicación ejemplar al periodismo”, según palabras del Ministro de Educación, Cultura y Deporte de España, Ignacio Wert. Poniatowska siguió escribiendo, no por los galardones, sino por las historias que le interesa contar, las voces que merecen un espacio testimonial en el acervo cultural y el diálogo popular. Su modo particular de dar forma a la narrativa y los textos periodísticos reconcilia testimonios con ficción y confronta distintas perspectivas de un suceso para que el lector pueda entender sus causas y consecuencias, y sacar conclusiones.
Por otro lado, abordar temas relevantes para la escena política y la vida del ciudadano mexicano promedio la hizo acreedora, en 2023, a la medalla Belisario Domínguez del Senado, el más alto galardón que puede recibir un civil en México. Este mismo año le fue otorgado el premio Carlos Fuentes de Creación Literaria en Español. Sin embargo, un premio que marcó su carrera fue uno que no recibió… porque decidió rechazarlo: el Premio Xavier Villaurrutia en 1971.

Expresó su razón para desdeñar el premio en una pregunta dirigida al presidente Luis Echeverría: “¿Quién va a premiar a los muertos?”. La obra galardonada era La noche de Tlatelolco, una colección de testimonios orales de testigos, prisioneros y personas involucradas en el movimiento estudiantil de 1968 y en la matanza de estudiantes del 2 de octubre, en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Durante muchos años éste fue el único libro publicado sobre la masacre y su impacto sigue vigente hasta nuestros días. El compromiso de dar voz a los involucrados en este evento —y contradecir la versión oficial del gobierno sobre lo ocurrido y el número de víctimas— la colocó en la mira de políticos, intelectuales y ciudadanos por igual.
El pasado 19 de mayo, “la Poni” celebró 91 años de vida, de los cuales ha dedicado cerca de siete décadas a contribuir a las letras mexicanas. Así que es buen momento para acercarse a su literatura, donde también hallarás recuentos de vivencias personales y experiencias sociales, enmarcadas en momentos históricos relevantes para las circunstancias —la forma en que experimentan el arte, la política, el activismo y la lucha diaria por existir— de cada personaje. Atrévete a descubrir el genio en sus obras y entiende por qué algunas de ellas, como La noche de Tlatelolco o Hasta no verte Jesús mío, son consideradas clásicos del siglo XX.
