¿Cuándo fue la última vez que te sentiste como si fueras un niño y reviviste esa época en la que te impresionaban todos los detalles a tu alrededor, cuando tus ojos descubrían el mundo llenos de asombro y no te daba miedo intentar cosas nuevas? Piensa: ¿hace cuánto que no te detienes a encontrar figuras escondidas en las nubes?, ¿cuándo fue la última vez que jugaste como si nadie pudiera verte? o, ¿qué día dejaste de creer en la magia?
Todos fuimos niños; pero, al crecer, las decepciones, responsabilidades y heridas de la vida van cambiándonos. Siendo adultos, nos agobian los pendientes del trabajo y las cuentas por pagar, y esa manera inocente en que solíamos ver la vida queda enterrada bajo una pila de incertidumbres y obligaciones. En esas ocasiones, a veces uno quisiera regresar el tiempo.
La buena noticia es que sí es posible volver a divertirnos sin restricciones, disfrutar la felicidad que deriva de la inocencia y liberar a nuestro ser más creativo, pues no hay mejor artista que quien tiene la imaginación de un niño y no teme demostrarla. Y nuestro boleto de regreso a la infancia consiste en adentrarnos en las aventuras que nos esperan en estos cinco libros para consentir a nuestro niño interior, los cuales celebran esa tierna edad y nos invitan a soñar.
Nicolás San Norte, de William Joyce
Este libro lo tiene todo: pequeños con una imaginación tan vívida que convierten sus fantasías en realidad, poderosos magos con poderes fabulosos, antiguas criaturas que vienen de mundos increíbles y un bandido, Nicolás, que descubre que tiene un corazón más noble de lo que él creía. Como todos los grandes héroes de los cuentos, los protagonistas deben luchar contra un mal legendario, que es la oscuridad personificada: Sombra.
El viaje de Nicolás te revelará la historia de una era dorada llena de magia destruida por el mal y de su último zar lunar, que vela los sueños de los niños con ayuda de los aliados de la luz.Y si te quedas con ganas de más, este libro es el inicio de la saga Los Guardianes de la infancia: guerreros míticos que luchan contra el ejército de las sombras con el fin de preservar la inocencia en el mundo.
Coraline de Neil Gaiman
Si tu niño interior gusta de tramas un poco más oscuras, ésta es buena opción. Cuenta la historia de una niña que se siente muy sola tras mudarse a su nueva casa: no tiene amigos, sus padres siempre están ocupados trabajando y sus vecinos son viejos… o muy extraños. Buscando una aventura, empieza a explorar y descubre una vieja puerta aparentemente ordinaria, pero que después se convierte en la entrada hacia un enigmático mundo, casi idéntico al suyo. ¿La diferencia? Atracciones a donde quiera que mire y festines cada noche, amén de que ahí Coraline es el centro de atención de “su otra” madre y “su otro” padre. Pronto, esa aparente perfección revela una terrible realidad y Coraline deberá salvarse a sí misma y a sus verdaderos padres.
¡Oh, cuán lejos llegarás! de Dr. Seuss
Como todos los libros de este autor estadounidense —que en realidad se llamaba Theodor Seuss Geisel—, la mencionada historia entreteje una moraleja que cada niño debe aprender y que todo adulto debe recordar: un mensaje de candidez, respeto, inspiración y valoración de las pequeñas cosas intangibles. Por si fuera poco, su texto rimado te atrapa en un mundo de encanto.
En este libro, el narrador habla con el protagonista —que representa al lector— cuando abandona su pueblo y viaja por paisajes fascinantes hasta encontrar el Sitio de Espera, en el que la gente simplemente se queda esperando que algo suceda, en vez de tomar acción. El narrador le advierte que no permanezca ahí, pues para mover montañas debe enfrentarse a los altos y a los bajos. Se trata de una lectura breve que nos recuerda que podemos hacer lo que nos propongamos, alcanzar nuestros sueños y vivir la vida que deseamos.
Stravagantia de Laura Gallego
Si se trata de crear mundos fantásticos, esta autora española es una maestra. En el libro en cuestión, Virginia y Eric son arrastrados a una aventura cuando él es capturado por las criaturas de una tierra misteriosa llamada Stravagantia, y ella se lanza a su rescate, a pesar del peligro. Para su fortuna, conocerá a Berk, un fauno que servirá de guía y acompañante en el peligroso viaje.
El vehemente estilo narrativo de Gallego te cautivará y te hará sentir que estás viviendo la historia en carne propia. Y, ¿qué mejor regalo para tu niño interior puede haber que adentrarte en un mágico universo? Si te gustaron los libros anteriores de esta escritora —La leyenda del rey errante u Omnia, por ejemplo—, esta novela te hechizará.
El principito de Antoine de Saint-Exupéry
No podía faltar este clásico. Aunque se le considera un libro para niños, la forma en que establece cómo nuestras perspectivas acerca de la amistad, del amor y de la vida cambian cuando crecemos, casi lo convierte en una guía para seguir siendo un niño en el corazón. Como muchos sabemos, el libro narra la historia de un piloto que queda varado en el desierto y se encuentra con un niño que reina en un pequeño planeta; a medida que pasan las páginas, conocemos la historia del misterioso príncipe, de su amigo el zorro y de los excéntricos personajes que conoce en la travesía que emprende para huir de su amada y caprichosa rosa. Al final, la nostalgia por ella y la decepción ante el mundo adulto lo orillan a regresar a su planeta, no sin antes dejar en el piloto y en el lector una lección: podemos obsesionamos con el reconocimiento y con la fortuna, pero lo verdaderamente valioso es invisible a los ojos y se encuentra dentro de nosotros.
Estas lecturas, te lo garantizo, harán que vuelvas a creer que todo es posible. Volvamos a los cuentos de hadas, volvamos a ser niños.