Cinco novelas imperdibles de escritoras del siglo XX

Cinco novelas imperdibles de escritoras del siglo XX
Fernando N. Acevedo

Fernando N. Acevedo

Para escribir el siguiente listado de recomendaciones, me basé principalmente en los libros que conozco y que he leído, aunque también tomé en cuenta sugerencias y recomendaciones de amigos lectores. Dos de las obras que menciono están escritas en español y el resto son traducciones del francés y del inglés, pero todas comparten el punto de vista femenino y abordan tanto temas fantásticos como reflexiones en torno a la realidad. Sin más preámbulo, aquí van cinco novelas imperdibles escritas por mujeres escritoras en el siglo XX.

La mujer rota de Simone de Beauvoir

(Francia, 1967)

En este libro, que algunas fuentes mencionan como una novela corta, corren paralelas las narraciones de las tres mujeres protagonistas: una esposa engañada, una madre soltera y una mujer abandonada e incomprendida por todos. Sus historias son un ejemplo de las vicisitudes de ser mujer y cada relato explora asuntos vigentes relacionados con la identidad femenina: la soledad, la frustración y la lucha de las mujeres en la sociedad.

A pesar de que ha pasado mucho tiempo desde su publicación, este libro refleja acertadamente la situación actual de la mujer, que ha variado poco en muchos aspectos. Además, su lectura es muy estimulante por el uso de tres técnicas narrativas: un relato clásico con narrador y diálogos, un monólogo y un diario.

Te trataré como a una reina de Rosa Montero

(España, 1983)

Esta novela, la tercera de la escritora y periodista madrileña Rosa Montero, me resulta entrañable y tiene el efecto de hacerme pensar en la famosa canción “Copacabana” que interpretaba Barry Manilow, ya que todo tiene lugar en un centro nocturno madrileño, el Desiré, por donde desfilan un abanico de personajes pintorescos cuyas vidas vemos entremezclarse con la música de bolero, los tragos, el humo de cigarro y el deterioro evidente del local. Al pasar sus páginas, somos testigos de las historias y de los anhelos de felicidad de sus protagonistas —y, sobre todo, de su lucha por no dejar de soñar.

"Te trataré como a una reina", de Rosa Montero

La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik

(Argentina, 1966)

La autora es mejor conocida por su trabajo poético, esta novela es una de sus raras incursiones en la prosa. Basándose en el trabajo de la francesa Valentine Penrose y en su libro Erzsébet Báthory la Comtesse sanglante (1962), este volumen narra la escalofriante historia de la condesa húngara Isabel Báthory, quien a finales del siglo XVI fue condenada por el asesinato de más de 650 personas, la mayor parte de ellas jovencitas de su servicio doméstico.

Dando crédito a los apuntes de Penrose, Pizarnik narra cómo la condesa gozaba torturando hasta la muerte a doncellas para luego bañarse en su sangre, en un afán por mantener su belleza. En los primeros capítulos se describen a detalle los tormentos que infligía a sus víctimas, así como su perversión y sus siniestros rituales de juventud, y más adelante hace un análisis de su personalidad. No es una lectura apta para lectores impresionables, pero es un gran ejemplo de la prosa poética en español, con reflexiones sobre la sensualidad y la “belleza convulsiva” de este siniestro personaje que, por sus crímenes, fue condenado a pasar el resto de su vida encerrado en una torre de su castillo.

"La condesa sangrienta", de Alejandra Pizarnik

Las olas, de Virginia Woolf

(Reino Unido, 1931)

Esta obra está catalogada como el pináculo del estilo de la autora —ante todo, por el dominio de la escritura automática— y, también, como una obra maestra de la literatura inglesa del siglo XX. Su trama nos narra la historia de seis amigos que mantienen una relación afectiva desde la infancia hasta una edad adulta tristemente distanciada; en hermosos monólogos, cada uno de ellos revisita sus recuerdos que únicamente se ven interrumpidos por las descripciones del oleaje en un día. En sí, toda la obra es una dulce metáfora del oleaje de la vida, que inexorablemente nos arrastra hacia el olvido o la melancolía.

"Las olas", de Virginia Woolf

La balada del café triste de Carson McCullers

(Estados Unidos, 1951)

Dejo para el final una de mis novelas preferidas, escrita por la estadounidense Carson McCullers. La historia se centra en la señorita Amelia: una mujer solitaria, delgada, fuerte y alta, adinerada, respetable, con un carácter un tanto agrio y, sobre todo, independiente. Un día, un enano jorobado llamado Lymon aparece de la nada en su porche y se presenta ante ella como un pariente lejano; luego de un escrutinio, Amelia accede no sólo a ofrecerle comida y bebida —un inusitado acto de bondad de su parte, jamás antes visto por los habitantes del pueblo— sino también a darle albergue y trabajo.

Ella, que es una exitosa mujer de negocios, decide revivir el antiguo café que originalmente tenía en la planta baja de su casa, y en la planta alta dispone su habitación y la de Lymon. Con el tiempo, entre ellos nace una relación de amor que nadie en el pueblo puede afirmar, pero que todos sospechan; sin embargo Marvin, quien fue marido de Amelia por menos de una semana y acaba de salir de la cárcel, decide visitarla y arruinarle la vida. Lo que sucede entre Amelia, Lymon y Marvin marcará no solamente su destino, sino también el del café…

"La balada del café triste", de Carson McCullers
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