Fanatismo, acoso y obsesión por un famoso: las relaciones parasociales

Fanatismo, acoso y obsesión por un famoso: las relaciones parasociales
Guadalupe Gutiérrez

Guadalupe Gutiérrez

Las redes sociales y otros entornos digitales nos permiten acercarnos a otras personas y compartir fotografías, videos, escribir o recibir comentarios y mensajes privados, lo cual se ha convertido en algo rutinario y hasta necesario para mantener relaciones de amistad y amorosas. Pero si bien estos medios son una herramienta útil para facilitar dichos vínculos, la interacción con personas famosas que están fuera de nuestro círculo en ocasiones puede provocar una falsa sensación de intimidad o de cercanía unidireccional conocida como relación parasocial.

¿Has sentido una fuerte identificación con un actor o una actriz, deportista, celebridad, cantante o figura pública? ¿Sus palabras hacen eco en tu mente, te reflejas en su mensaje y piensas que tienen mucho en común? ¿No te pierdes sus entrevistas, estás pendiente de sus redes sociales, te familiarizas con él o ella, piensas que cada vez le conoces mejor e incluso crees que sabes qué piensa o cómo reaccionaría en algunas situaciones? Pues todos esos son síntomas de una relación parasocial, una supuesta cercanía con una persona que en realidad no conoces.

Este tipo de relaciones no es reciente, pero la masificación de medios digitales que nos exponen todos los días a la voz y al rostro de figuras famosas en fotografías, videos, entrevistas o podcasts, incluso en su casa o habitación, incrementa el tiempo que pensamos en ellas y potencia la sensación de falsa intimidad.

...nos exponen todos los días a la voz y al rostro de figuras famosas...

Esta clase de relación unilateral fue descrita por primera vez en 1956 por los sociólogos Donald Horton y Richard Wohl, quienes enfatizaron que se presenta con mayor frecuencia e intensidad en personas solitarias, y que el fenómeno se conoce y aprovecha por los medios de comunicación, el márketing y la publicidad, ya que en muchas ocasiones la forma en que los famosos hablan, la estructura de su mensaje y el lenguaje corporal fomentan esa sensación de cercanía, necesaria para captar la atención del espectador y para retenerla el mayor tiempo posible.

Algo particular de las relaciones parasociales es que pueden desarrollarse incluso con personajes ficticios de una novela, de una película o de un programa de TV. Este fenómeno sugiere la necesidad de conectar con otra persona, de pertenecer a un grupo y de ser aceptado por alguien que se admira. Una fijación de este tipo puede durar desde un par de días o prolongarse por años.

Muchas personas son conscientes de sus relaciones parasociales y éstas no resultan perjudiciales para ellas ni para la celebridad en cuestión. Sin embargo, en ocasiones este falso vínculo se sale de control y puede poner en riesgo la estabilidad emocional o financiera y las relaciones familiares, de amistad o de pareja. Si a esta ecuación le sumamos un trastorno psicológico o una enfermedad mental, los efectos pueden ser sencillamente devastadores.

¿Cómo termina una relación parasocial? Una opción es cuando dejamos de sentirnos identificados con la figura pública, ya sea por un proceso de maduración o por el surgimiento de una relación real. Sin embargo, si las fronteras de la privacidad y el consentimiento se desdibujan en la mente de la persona, puede ocurrir lo contrario y la relación unilateral deriva en fanatismo; cuando esto sucede, la persona experimenta celos, puede ser posesiva e incluso agresiva si la figura pública no le corresponde en la misma medida. Algunos de estos casos extremos han derivado en atentados contra la vida o la integridad de la figura pública: Taylor Swift, Miley Cyrus, Justin Bieber, Jennifer Aniston y Kendall Jenner son algunos de los artistas acosados o agredidos por sus fans.

Algunos han derivado en atentados contra la vida o la integridad de la figura pública

La cantante Chappell Roan, quien recientemente saltó a la fama con su canción “Good Luck, Babe!”, recibió duras críticas por quejarse de los fanáticos invasivos que se han dedicado a acosarla a ella y a su familia, ya que muchos opinan que eso es una consecuencia aceptable de la fama; otros, en cambio, apoyan a la artista y piden a los fans que reflexionen sobre las consecuencias de este comportamiento obsesivo que no pocas veces ha terminado en tragedia.

En resumen, las relaciones parasociales son más comunes de lo que se piensa y no son necesariamente malas, pues para muchas personas constituyen un refugio contra las adversidades de su día a día. Pero para construir comunidades sanas es importante mantener conversaciones activas con la gente real, así como respetar la privacidad y los límites entre los  espectadores y  los artistas.

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