![Igor Übelgott](https://www.bicaalu.com/wp-content/uploads/igor_ubelgott.jpg)
Desde un punto de vista estrictamente biológico, la supervivencia de la especie es prioritaria y depende por completo de nuestra capacidad de elegir pareja, competir por ella, aparearnos y engendrar descendencia, además de que entre mamíferos la cohesión emocional ayuda a una crianza efectiva. Por eso es que en las esferas psicológica y social las relaciones amorosas tienen una relevancia tan grande, ocupan tanto espacio en la mente humana e implican tanta inversión de energía.
Pero, si lo pensamos bien, la mayor parte de estas relaciones están condenadas al fracaso, pues son muy pocos los casos de parejas únicas que permanecen juntas toda la vida. Así, para el género humano el fin de un romance es una experiencia universal a la cual debemos hacer frente varias veces en la vida. Y como siempre implica a dos personas —con frecuencia, un hombre y una mujer—, cabe preguntar: ¿quiénes sufren más tras una ruptura amorosa: los hombres o las mujeres? ¿Y quiénes se recuperan más rápidamente del proceso de duelo?
Ante la diversidad de formatos de relación y de orientaciones sexuales, es necesario precisar que los datos de los estudios científicos que a continuación compartiré se centran en relaciones amorosas entre personas adultas heterosexuales, sin matrimonio pero sujetas a un compromiso susceptible a romperse; en el habla convencional, hablaríamos de “noviazgo”.
![Las mujeres sufren más física y emocionalmente tras el "truene"](https://www.bicaalu.com/wp-content/uploads/ruptura_amorosa_a.jpg)
Un estudio publicado en 2015 en la revista Evolutionary Behavioral Sciences, y que se popularizó mucho en su tiempo, da una respuesta contundente: las mujeres sufren más física y emocionalmente tras el “truene”, pero se recuperan de forma más profunda, mientras que a los hombres les duele menos la pérdida, pero jamás se recuperan del todo y sólo siguen adelante.
Suena fuerte, sin duda, pero tras esta categórica afirmación hay razones evolutivas: desde la perspectiva de una mujer primitiva, un breve encuentro amoroso puede desembocar en nueve meses de embarazo, un año de lactancia y el mantenimiento de una cría, mientras que él hombre puede literalmente “hacerse ojo de hormiga” un minuto después sin ninguna consecuencia física o emocional; por esa razón, las mujeres son más selectivas —es decir, invierten más tiempo y recursos— para seleccionar a una pareja “de calidad” —o sea, sano, con buena genética, capacidad de proveer y de ayudar en la crianza— y también por eso les duele más la pérdida o la partida de ese compañero.
En cambio, “el hombre está programado para competir por una pareja, de modo que no sentirá mucho dolor por la pérdida al principio; pero, al pasar el tiempo, se dará cuenta de que debe ‘comenzar a competir’ de nuevo para reemplazar lo que ha perdido o, peor aún, entenderá que la pérdida es irremplazable”, afirma el doctor Craig Morris, de la Universidad Binghamton, quien dirigió el estudio en el que se pidió a 5 mil 705 participantes en 96 países que calificaran el dolor físico y emocional de una ruptura en una escala del 1 —ninguno— al 10 —insoportable.
![Según un estudio, los hombres se enamoran más rápida y profundamente](https://www.bicaalu.com/wp-content/uploads/ruptura_amorosa_b.jpg)
Un punto de vista distinto, sin embargo, lo ofrece otro estudio del mismo año, pero llevado a cabo por investigadores de la Universidad Wayne State, en Detroit. Según éste, los hombres se enamoran más rápida y profundamente y, por esa misma razón, tienden a reportar más tristeza, dolor y desesperación tras una ruptura amorosa, en especial cuando son las mujeres quienes inician la separación, lo cual es más frecuente; a pesar de ello, muchos de ellos también se sienten aliviados o liberados tras el quiebre.
En cuanto a las conductas post-ruptura, cuando se desea retener a la pareja es común un patrón de “persecución no deseada” manifiesta en actos de acoso, reclamo o hasta de amenaza violenta en el caso de los hombres, y en stalkeo digital, llamadas y mensajes en el caso de las mujeres. Una vez que se acepta el fin de la relación, las mujeres invertirán más tiempo y dinero en su apariencia física con el fin de hallar un nuevo prospecto, mientras que los hombres buscarán formas de ostentar su capacidad financiera. Una última conclusión es que a un hombre le toma más tiempo superar o aceptar la ruptura con una pareja físicamente muy atractiva, ya que esa es un característica muy importante para el género en general.
Un comentario final: llama la atención que un hecho tan común, importante, doloroso y que puede trastocar, enloquecer, hundir en la tristeza o hasta llevar al suicidio como el “truene” amoroso no haya sido estudiado con profundidad y desde un enfoque biopsicosocial, pues sabemos que también se presenta fuera de las relaciones heterosexuales y en las que no se persiguen fines reproductivos, y que no se siente lo mismo cuando cortas “por lo sano” que cuando te cortan “a la mala” o hubo una infidelidad, del mismo modo que uno no lleva el duelo igual a los quince años que después de los cincuenta. Pero tú, ¿cómo has vivido tus truenes?…
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