La música minimalista y Steve Reich

La música minimalista y Steve Reich
Mad hi-Hatter

Mad hi-Hatter

La música minimalista es un estilo o una forma de arte musical surgida a principios de la década de 1960 en la escena de la composición contemporánea de Manhattan, el famoso borough en la ciudad de Nueva York. Se caracteriza porque emplea material musical mínimo —de ahí su nombre— o limitado, e incluye patrones o pulsos repetitivos, zumbidos constantes, armonía consonante y reiteración de frases musicales o unidades más pequeñas.

Entre los pioneros de la música minimalista en general se reconoce a los estadounidenses La Monte Young, un artista de vanguardia que además practicaba el performance; Terry Riley, quien incorporó elementos de la música india e introdujo técnicas mecánicas con las cintas de grabación; Philip Glass, sin duda el más famoso de ellos, pues ha ganado tres Premios de la Academia por sus scores de las películas Kundun (1997), Las horas (2002) y Notas de un escándalo (2006), y Steve Reich. Hablemos de este último…

Steve Reich

Al momento de escribir estas líneas, Steve Michael Reich (1936, Nueva York) acaba de cumplir ochenta y ocho años, y sigue siendo un músico activo, aunque su grabación más reciente data de 2018 y es una versión de “Pulse”, la pieza de catorce minutos que escribió con motivo de su octogésimo cumpleaños. Su discografía comprende más de cinco décadas, desde sus primeras grabaciones en 1967, cuando experimentaba con alucinantes loops creados con cintas magnéticas.

Reich usó una técnica de composición llamada phase shifting —algo así como “fases desfasadas” en español— que consiste en tocar dos frases musicales repetitivas e idénticas en dos instrumentos distintos, a un ritmo ligeramente diferente; a medida que se van repitiendo los ciclos, la disonancia entre las líneas musicales empieza a crecer, generando texturas sonoras hipnóticas. Esta técnica la explotó en su proyecto Drumming (1971), una alucinante obra para percusiones que concibió tras un viaje a Ghana, donde trabajó con músicos locales.

En la década de 1980, Reich tomó un tinte más oscuro, pues introdujo tonos de su pasado judío en obras como Tehilim (1981) e incursionó en la temática histórica del Oeste estadounidense en The Desert Music (1985). Al finalizar la década, para la grabación de Different Trains / Electric Counterpoint, trabajó con el prestigioso cuarteto de cuerdas Knonos Quartet y con el guitarrista Pat Metheny, al integrar también loops de fragmentos de cintas grabadas. El trabajo se hizo acreedor a un Grammy en la categoría de Mejor Composición Clásica Contemporánea.

Durante la década del 2000, la relevancia de su música empezó a ser reconocida en todo el mundo. Luego de que una nueva grabación de Music for 18 Musicians (1998) ganara un segundo Grammy en 1999, Steve Reich recibió doctorados honoris causa y premios de Juilliard, la Academia Franz Liszt de Budapest, el Royal College of Music y otras escuelas, así como el Premio de Música Polar 2007 y el Premio Pulitzer de Música 2009. En 2012, obtuvo una Medalla de Oro en Música de la Academia Estadounidense de Artes y Letras y en 2014 ganó el León de Oro en la Bienal de Venecia por los logros de toda una vida.

"Six marimbas"

Con los mencionados galardones y dos premios Grammy bajo el brazo, Steve Reich ingresó a la cultura popular con la taquillera cinta Los juegos del hambre (2012), donde el primer movimiento de sus Three Movements for Orchestra (1986) acompaña una de las escenas más encarnizadas de la saga protagonizada por Jennifer Lawrence.

Músicos avant-garde como Brian Eno, John Cale o The Velvet Underground, así como compositores contemporáneos más jóvenes, han reconocido la influencia de la música de Steve Reich en su trabajo. Y si bien al principio puede resultar incomprensible, confusa, repetitiva, compleja o hasta aburrida, toda vez que se supera el rechazo inicial uno puede sumergirse en sus texturas y paisajes musicales que van de lo plácido a lo hipnótico, pasando por lo intrigante y hasta por los callejones oscuros y menos transitados del alma humana…

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