Se cuenta que uno de los caudillos de la Revolución Mexicana, el general Álvaro Obregón, solía decir: “Nadie aguanta un cañonazo de cincuenta mil pesos”, refiriéndose a la forma en que doblegaba la voluntad de sus enemigos y los convertía en dóciles colaboradores. Y es que el “manco de Celaya” sabía bien que una de las mejores formas de someter a alguien es darle a manos llenas, después quitárselo y, luego, cobrárselo. Algo así es el love bombing.
Definiciones y acciones
Love bombing, que literalmente se podría traducir como “bombardear de amor”, es el nombre informal que se le ha dado a una conducta caracterizada por excesivas demostraciones de amor, halagos y alabanzas desmesurados, regalos y actos fastuosos de una persona en el contexto de una relación amorosa, los cuales resultan prematuros y sobrados, y constituyen una forma de abuso psicológico y emocional que involucra a una persona que “hace todo lo posible por ti” en un esfuerzo por manipularte para que establezcas una relación con ella.[1]
Cuando te involucras con alguien que practica este “bombardeo amoroso”, al principio todo parece marchar de maravilla: él o ella son atentos, encantadores, pródigos en caricias, regalos y palabras hermosas; parecen entenderte en los más mínimos detalles y te hacen sentir único, importante, deseado; ante tal afinidad y cercanía, de forma natural empiezan a “futurear”, trayendo a la conversación un porvenir ya sea en matrimonio o viviendo juntos… lo cual no tendría algo de malo a no ser porque han convivido apenas unas semanas.
Mas, como bien lo dijo el gran Augusto Monterroso, “la carne es débil, pero no seamos hipócritas: el espíritu lo es más”. Y como casi todos andamos por la vida con carencias afectivas, podemos ser víctimas más o menos fáciles de un o una love bomber que de sobra nos da la aprobación, la adoración, el cariño y, en una palabra, el amor que buscamos desde niños. Pero, aun así, en el fondo sabemos o intuimos que algo no anda bien, que las cosas van demasiado deprisa y que, sí, somos únicos y maravillosos como un copo de nieve y nuestro encuentro es extraordinario “como el choque de dos galaxias”… pero no es para tanto ni como para dar un volantazo al curso de nuestra vida.
La verdadera “bandera roja” se muestra cuando le manifiestas a dicha persona tus sentimientos, tu posible incomodidad o tus deseos de ir un poco más lento, pues no es extraño que reaccione de forma impulsiva, emocional, recriminándote o buscando aplicar un chantaje del tipo “¡después de todo lo que he hecho por ti”, muchas veces amenazando con terminar si no cumples con sus expectativas: una coerción emocional para obligarte a actuar de cierta manera.
Las tres fases del bombardeo
Dentro de esta dinámica de amor excesivo bautizada como love bombing, los especialistas hablan de tres etapas o fases que sirven para “enganchar a la víctima”, primero, y después manipularla emocionalmente para obtener control sobre ella:
- Descarte: es el fin de la relación, cuando el o la love bomber terminan de tajo, no sin antes haberse mostrado indiferentes, cínicos y de haberte culpado por todo lo malo que sucedió en el romance; a menudo, saltan a la siguiente relación —en la que seguramente repetirán el mismo ciclo— y tú terminas con una gran desconfianza y sintiendo que “no diste el ancho” o que renunciaste un poco a tu esencia y personalidad.
- Idealización: al principio, él o ella tratan de ganar tu confianza y tu afecto a toda costa, a menudo intentando convencerte de la idea de que “están hechos el uno para el otro”. Esta fase incluye conductas como muestras de amor excesivas y muy tempranas —por ejemplo, regalos elaborados u ostentosos, considerando el momento en que está la relación—; una obsesión por hablar del futuro y una aparente prisa por comprometerse, embarazarse, casarse o vivir juntos; alabanzas, halagos, caricias constantes y en demasía, al grado de incomodarte; un bombardeo de mensajes, planes y llamadas, como si buscara ocupar todo tu tiempo y toda tu atención.
- Devaluación: una vez sentadas las bases, él o ella muestran una cara distinta: ahora, abundan las críticas y las descalificaciones hacia tu persona, por la razón que sea; esto mina tu autoestima, sientes que ya “no eres digno” y que debes esforzarte para volver a ganar su cariño. Además, ante un conflicto o desacuerdo, o cuando no se cumplen sus expectativas, el o la love bomber se muestran fríos y distantes, o incluso llegan a maltratarte.
En el curso de una interacción, estas fases no siempre se presentan de forma lineal, pues son frecuentes los círculos de la idealización a la devaluación, una especie de “sube y baja emocional” que se presenta cuando los love bombers no ven cumplidos sus deseos de control o rechazan que se les pongan límites y “castigan con el látigo de su desprecio”. Incluso pueden cometer abusos emocionales o físicos para después compensar con regalos y excesivas muestras de cariño que vuelven a enganchar al otro, quien suele ver esta conducta como una muestra de que “ahora sí ya cambió”.
Causas y secuelas
Quienes han estudiado el fenómeno lo asocian con personas egocéntricas o que sufren un trastorno narcisista de la personalidad, las cuales suelen mostrar poca empatía por los demás, a quienes ven como instrumentos para lograr su fines egoístas. Al analizar a los love bombers, también es común que presenten traumas por abuso infantil y rasgos de apego ansioso, pues sufrieron cierto abandono de niños y van por la vida “castigando” por ello a sus parejas.
A pesar de lo anterior, no siempre hablamos de individuos con patologías, trastornos o intenciones malsanas: la inmadurez, un romanticismo exacerbado, el miedo a la soledad o la mala influencia de la ficción —gente que quiere vivir su propia telenovela o emular a Madame Bovary— en ocasiones son la causa de este comportamiento desmedido que se disfraza de un flechazo irresistible. Además, es una técnica común entre quienes “enganchan” a jovencitas en la prostitución o el tráfico de personas, o que forman sectas y cultos extremos.
Y, ¿qué hacer si te pasó por encima la aplanadora del love bombing? Este vaivén emocional en el que “te suben y luego te bajan para, al final, dejarte caer” puede poner a prueba la entereza de cualquiera, por lo que no se debe descartar la terapia o la ayuda profesional. En todo caso, se recomienda identificar esta conducta tóxica y convencerse de que lo sucedido no fue tu culpa, poniendo énfasis en la reconstrucción de los vínculos con la familia y los amigos que se debilitaron o hasta se perdieron por efecto del bombardeo.
[1] “Love-Bombing”, Health Essentials, Cleveland Clinic. Consultado en: https://health.clevelandclinic.org/love-bombing