Hasta hace pocos años, pensábamos que estaba muy lejano el día en que los humanos podríamos convivir con robots, como en las películas de ciencia ficción. Sin embargo, el futuro ha llegado demasiado rápido y, para sorpresa de muchos, los robots humanoides son una realidad. Estas máquinas, diseñadas para imitar la forma y el comportamiento humano, están transformando diversas industrias y captando la atención del público.
La idea de construir máquinas con apariencia humana se remonta a los autómatas de la antigüedad: inventores como Leonardo da Vinci diseñaron modelos mecánicos que imitaban movimientos humanos, aunque con fines más lúdicos que prácticos. Fue en el siglo XX que el concepto moderno de los robots humanoides comenzó a tomar forma, impulsado por los avances en robótica e inteligencia artificial. Un pionero de ello fue WABOT-1, un robot desarrollado en Japón en 1973 que podía caminar, asir objetos y sostener conversaciones básicas, marcando el inicio de una nueva era en la interacción humano-máquina.
Hoy tenemos máquinas robóticas que asisten a los humanos en diversas industrias, algunas de ellas con apariencia animal, como los famosos “perros” de Boston Dynamics. En este texto hablaré de los robots humanoides que han alcanzado los más altos niveles de sofisticación. Algunos de los más destacados son:
Sophia
Desarrollada por Hanson Robotics, Sophia es famosa por su apariencia humanoide realista y por su capacidad de mantener conversaciones más o menos complejas, lo cual se logró por medio de la inteligencia artificial. Aunque en realidad se trata de sólo un torso con una “cabeza” cubierta de piel sintética, Sophia ha participado en entrevistas, imparte conferencias e incluso recibió la ciudadanía de Arabia Saudita en 2017, un gesto simbólico que ha abierto debates éticos y legales sobre los derechos de los robots.
Atlas
Creado por Boston Dynamics, Atlas es un robot que destaca por su impresionante agilidad. En origen era un robot bípedo hidráulico, desarrollado en conjunto con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de los Estados Unidos —DARPA, por sus siglas en inglés—, que fue revelado al público en 2013. El modelo hidráulico, conocido como Atlas HD, fue “jubilado” en abril de 2024 y el nuevo robot, totalmente eléctrico, se presentó al día siguiente.
Atlas puede correr, saltar y realizar acrobacias que lo acercan cada vez más al movimiento humano, y lo más sorprendente es que, gracias al machine learning, sus movimientos son totalmente autónomos —es decir, no sigue instrucciones preestablecidas—, de modo que puede calcular, decidir y reaccionar a los cambios del entorno. Aunque fue diseñado para tareas de rescate, su destreza ha generado cierta preocupación sobre su potencial uso en aplicaciones militares. Aquí puedes verlo en acción:
Optimus Gen 2
Tesla, la empresa de Elon Musk famosa por sus autos eléctricos, también ha incursionado en el campo de la robótica. Su robot humanoide, llamado Optimus Gen 2, tiene una altura de 1.72 metros y puede levantar hasta 20 kilogramos. Fue desarrollado con componentes como accionadores, sensores, baterías y sistemas de IA propios de Tesla; además, esta segunda generación es mucho más ligera y cuenta con manos mucho más precisas que destacan por su delicadeza, pues pueden manipular un huevo sin romperlo. Según Musk, el robot saldrá al mercado en 2025, a un precio entre los 25 mil y 30 mil dólares.
Valkyrie
También conocido como R5, este robot humanoide fue construido por la NASA y está diseñado para soportar ambientes extremos. La idea es que sea capaz de apoyar en futuras misiones espaciales de la NASA, ya sea realizando tareas antes de la llegada humana a otros planetas o sirviendo como asistente de la tripulación durante las misiones. Estos robots podrían ser esenciales en los planes de la agencia de llegar a Marte, pues prepararían el terreno antes de la intervención humana.
Además de los anteriores ejemplos, están otros robots como Ameca, Digit y Pepper, que cumplen con distintas funciones en las áreas de servicios, educación e industria. En todos los casos, la inteligencia artificial es el corazón de las capacidades avanzadas de estos robots humanoides, pues gracias a algoritmos de aprendizaje profundo y programación avanzada, son capaces de reconocer rostros y emociones, de tomar decisiones y de aprender de la experiencia.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Hablando del impacto de su inserción en la sociedad, a muchos les preocupa que puedan desplazar a los trabajadores humanos en sectores como la manufactura, la logística y el cuidado de personas, lo cual plantea la necesidad de un reentrenamiento laboral en una escala sin precedentes; otros robots recopilan datos para mejorar su interacción, con todos los riesgos de privacidad que esto implica, y nadie descarta que en un futuro se hagan presentes en conflictos armados.
El desarrollo de robots humanoides está en pleno auge y su potencial parece casi ilimitado. El panorama que resulte dependerá de cómo decidamos integrarlos en nuestra sociedad y de que aprendamos a convivir con ellos de manera armónica. Pero una cosa es segura: estamos en el inicio de una era de transformaciones vertiginosas y los robots humanoides están destinados a ser parte esencial de nuestra futura historia.