
Las historias de vampiros se cuentan por miles y muchas de ellas han fascinado —y seguirán encantando— a generaciones enteras. De entrada está el clásico de clásicos, Drácula (1897) de Bram Stoker, o sus precursores Varney el vampiro (1847) de James Malcolm Rymer y Thomas Peckett Prest, y Carmilla (1872) de Sheridan Le Fanu; también cabe mencionar la saga de las Crónicas vampíricas de Anne Rice o el mundo creado por Charlaine Harris, donde convergen con naturalidad humanos y vampiros, el cual acabó convertido en la serie True Blood (2008-2014).
Pero además está una novela que redefinió a estos seres inmortales en la década de 1970 y se convirtió en una lectura obligada para los amantes del género, al grado de que este 2024 se estrenó una nueva adaptación para streaming. Hablamos de Salem’s Lot, escrita por el imbatible rey del terror, Stephen King.

A simple vista, la novela parece una historia llena de clichés: a un idílico pueblito del estado de Maine, uno de esos sitios donde nunca pasa nada, llegan dos hombres con un misterioso baúl con la intención de abrir una tienda de antigüedades. Tiempo después, los niños del lugar empiezan a desaparecer de forma misteriosa y una atmósfera siniestra lo invade todo; al poco tiempo, los lectores nos damos cuenta de que uno de los forasteros es un vampiro.
Resumir de esta forma tan escueta una novela como Salem’s Lot es como decir que Las batallas en el desierto de José Emilio Pachecho es la historia de un niño que se enamora de la mamá de su amigo. Más allá de la anécdota, se trata de una obra esencial para entender una época y una sociedad, en la que habita la oscuridad, pero también de luz. Revisemos el contexto que dio origen a la segunda novela de Stephen King, así como sus significados más profundos. Siéntate, ponte cómodo y tómate tu tiempo; después de todo, tenemos toda la eternidad…
El origen
Recapitulando, en 1974 vio la luz la primera novela de Stephen King, Carrie, que se convirtió en un éxito de ventas alabado por la crítica y el público, algo que había dejado la vara muy alta para el autor. Al año siguiente, King empezaba a fraguar su nueva obra y, tras impartir un curso de literatura fantástica, se preguntó qué pasaría si Drácula llegara a los Estados Unidos en pleno siglo XX. Su esposa Thabita, medio en broma y medio en serio, le dijo que en Nueva York seguramente lo atropellaría un taxi, pero en un pueblo pequeño las cosas serían diferentes.

Así se empezó a desarrollar la historia, que inicialmente se llamaba Second Coming, un título que disgustó a Tabitha, pues le sonaba a “una mala historia de sexo”; al editor, por su parte, le pareció que el título daba la impresión de ser un libro religioso que podría asociarse con la “segunda venida” de Jesús; sin embargo, los planes de King eran ambiciosos.
En el texto introductorio que escribió para la edición de 2005, King confesó que su objetivo era mezclar el estilo narrativo de Frank Norris (1870-1902), un importante escritor naturalista de su país, con la estética de los cómics de horror Tales from the Crypt de los años cincuenta; es decir, quería fusionar la alta literatura con la cultura pop estadounidense, algo que en manos de cualquier otro escritor habría resultado en un bodrio; pero estamos hablando del rey del terror, quién evoca:
Tenía 23 años, recuérdalo, así que dame un respiro. Tenía un título de profesor en el que la tinta apenas si se había secado, unos ocho relatos cortos publicados y una enfermiza confianza en mi capacidad creativa, por no mencionar mi totalmente ridículo ego […] ¿De verdad pensaba lograr fusionar Drácula y Cuentos de la Cripta para llegar a un Moby Dick? Sí. En verdad lo pensaba…
Males setenteros
Para entender la relevancia de Salem’s Lot, primero debemos ubicar el contexto histórico: en 1975 tuvo lugar la caída de Saigón, que marcó el fin de la Guerra de Vietnam, y fue el auge de asesinos seriales como Ted Bundy, “el Ángel de la Muerte” Donald Harvey y “el payaso asesino” John Wayne Gacy. Con el escándalo del Watergate aún en la memoria, la desconfianza, la paranoia y el miedo, ya fuera al vecino o al gobierno, se produjo un caldo de cultivo propicio para una novela que asustaría a toda la sociedad y cuya trama se situaba en el sitio menos esperado: un pueblo apacible de la región de Nueva Inglaterra.
La historia se centra en Ben Mears, un escritor que para inspirarse regresa a su pueblo, cuyo nombre completo es Jerusalem’s Lot. El lugar parece no haber cambiado en los veinticinco años que Ben estuvo fuera: ahí siguen los trabajadores, el profesor dedicado, los niños traviesos, el borrachín cada vez más derrotado por la bebida, el señor cura y la chica guapa que quiere mudarse a la ciudad y se convierte en el interés amoroso del protagonista.
Pero todo pueblo tiene, también, sus leyendas siniestras. Y en “the Lot” está la Casa Marsten, una lúgubre mansión que desde lo alto de una colina mira a todos como un tótem perverso, la cualfue escenario de cruentos crímenes y de la que nadie quiere saber nada hasta que, casi a la par de Ben, llegan al pueblo dos hombres provenientes de Europa: Richard Starker y su socio, Kurt Barlow. Tras su arribo, un perro aparece ensartado en la reja del cementerio y un niño desaparece; poco a poco la oscuridad, el miedo y la locura se apoderan de Salem’s Lot.
En esta, su segunda novela, King establece las obsesiones que lo siguen hasta hoy: un pueblo en su estado natal, Maine, donde un grupo variopinto de personas se ven unidas por el destino o el azar para luchar contra la oscuridad; niños vulnerables que son acechados por el mal, como en Eso (1986); un lugar donde se concentra la maldad pura y un protagonista escritor, como sucede en el hotel Overlook con Jack Torrance en El resplandor (1977).
La pantalla chica y el streaming
La novela en cuestión fue un éxito y rompió el paradigma de las historias previas sobre vampiros. Unos años después de su aparición en anaqueles, en noviembre de 1979, se estrenó una adaptación televisiva de Salem’s Lot, dirigida por Tobe Hopper —el aclamado realizador del éxito La matanza de Texas (1974)— quien optó por una miniserie que en México la conocimos como La noche del vampiro, protagonizada por David Soul y el veterano James Mason.

Existe también otra versión en miniserie con Rob Lowe y Donald Sutherland en los roles principales, que vio la luz en 2004. Así llegamos a octubre de 2024, cuando la más reciente cinta basada en esta historia se estrenó en la plataforma Max, tras haber estado enlatada debido a la pandemia. La película llegó directamente a los servicios de streaming y, como toda adaptación de un clásico a la pantalla, ha sido muy criticada por su ritmo excesivamente acelerado que defrauda a muchos fanáticos; de todas formas, acá te dejamos el trailer para que decidas por ti mismo:
Por fortuna siempre podemos volver al libro, que parece siempre estar disponible en librerías. Si te animas a leerlo, hazlo por las noches para dejarte inundar por la atmósfera adecuada; pero eso sí: si toca a tu ventana un niño de piel pálida, mirada perdida, ojos enrojecidos y una sonrisa que exhibe unos colmillos, no lo dejes entrar por mucho que te suplique. Y es que todos sabemos lo que ocurre cuando invitas a un vampiro a tu casa…
