En cuestión de relatos de viajeros, existe una larga tradición que incluye al historiador de la Grecia clásica, Heródoto, en cuyos recuentos de viajes propios y ajenos se mezclaban los hechos con los mitos e incluía un “Top 7”;[1] a Marco Polo, quien también adornaba sus narraciones sobre los prodigios del Medio y Lejano Oriente; o a Alexander von Humboldt,[2] el sabio prusiano que recorrió América y otros rincones del planeta, ayudando a cambiar la imagen que se tenía en Europa de estos territorios.
Actualmente, es común consultar una revista especializada, una página web o un blog para conocer los puntos más importantes —y tal vez otros “sólo para iniciados”— antes de emprender el viaje a algún sitio de veraneo o, al menos, realizarlo mentalmente. Ya sea que busques compartir experiencias inusuales, contribuir a la difusión de tu pasatiempo favorito o, simplemente, financiar tus futuras expediciones, aquí te compartimos algunas recomendaciones para redactar guías de viaje que se distingan del resto:
Infórmate. Lee suficientes blogs de viajes y revistas especializadas. De este modo podrás darte cuenta de cuáles son los temas más actuales y los estilos que más te placen; pero, sobre todo, estarás enterado de quién es quién en cada género o tipo de publicación, y también si existe algún tema sobre el cual pocos escriben —o que tal vez ni siquiera ha sido abordado.
Encuentra tu nicho. Después del sondeo del paso anterior, sabrás si serás la primera persona en escribir sobre ese deporte extremo que te apasiona o quien pondrá en el mapa un nuevo tipo de turismo, como en algún momento lo fueron el ecológico, el de terror —que consiste en visitar casas embrujadas de todo el mundo—, el de protesta —sólo para activistas que buscan lugares donde sus puños puedan ser vistos—, o el de tumbas —ideal parar quienes desean conocer cementerios y sepulcros famosos.
Equípate. Actualmente es posible recrear una experiencia multimedia sin tener que invertir grandes sumas de dinero en equipo electrónico. Si cuentas con un buen teléfono inteligente y conoces los trucos de las mejores aplicaciones para capturar imágenes fijas o en movimiento —y para compartirlas en formatos de video populares que incluyan hipervínculos a mapas, páginas web de los lugares y establecimientos reseñados, así como tu constelación de redes sociales—, será difícil que alguien deje pasar la oportunidad de seguirte en tus aventuras, aunque sea por medios digitales.
Prepárate para imprevistos. Planea tu viaje y piensa qué harías en los peores escenarios; por ejemplo, si tu teléfono inteligente de última generación se pierde o sufre algún desperfecto. Asegúrate de contratar el mejor plan de datos o considera la conveniencia de las redes de acceso compartido a internet, que garantizan una conexión constante pero podrían presentar el riesgo de hackeo. La opción de estar en línea a placer te permitirá respaldar imágenes y textos aunque tu equipo sufra percances. También asegúrate de contar con los recursos, los documentos y hasta las vacunas necesarias, para que tu gran aventura no se vea afectada por una situación adversa. Si viajas a un país donde no se hable español, memoriza al menos las frases de supervivencia más comunes: esto puede resultarte útil en situaciones extremas.
Toma notas siempre. Cada noche, o en las primeras horas de la mañana, rememora lo ocurrido en la jornada anterior y escribe acerca de la experiencia: qué fue lo que más te llamó la atención y lo que te hizo sentir. Si esperas hasta el final del viaje, puede que recordar ese cúmulo de experiencias no sea tan fácil como cuando aún las tienes frescas en la memoria. En cierto modo, serás como un antropólogo visitando una sociedad distinta a la tuya, cuyas impresiones y vivencias deben ser descritas a detalle lo más pronto posible. Con la práctica, podrás enfocarte en aquello que a los lugareños les resulta cotidiano y que, tal vez, pocos viajeros hayan podido presenciar; así, tus relatos de viaje se destacarán por esa información de primera mano en que pocos habían reparado.
Busca tu estilo. No trates de imitar lo que han hecho otros ni copies frases hechas aunque te parezcan de lo más ocurrentes. Por otra parte, trata de buscar un sello que te haga diferente a todo lo que existe en el momento, ya sea tu propia frase distintiva o alguna característica que nadie más incluya en sus reseñas, como un listado de los diez puntos positivos y negativos, o lo que se te ocurra que mejor pueda resumir tu relato y atraer la atención.
[1] Nos referimos a la lista de las Siete Maravillas del mundo antiguo, cuya primera versión se atribuye a Heródoto.
[2] A quien erróneamente se le atribuye el haber bautizado nuestra capital como “La ciudad de los palacios”. En realidad fue el político británico Charles Joseph La Trobe quien la calificó así, mostrando el asombro que le provocó la, ya desde entonces, inmensa Ciudad de México.