Cómo superar una pérdida

Cómo superar una pérdida
Angélique García

Angélique García

El tutorial

Sobrellevar la pérdida de un ser querido es uno de los mayores retos de la vida. La muerte de la pareja, un amigo, un hermano o un padre puede causar un dolor muy profundo. Aun cuando la pérdida es una parte natural de la vida, siempre nos sorprende y genera confusión, tristeza y a veces depresión.

Las investigaciones indican que el paso del tiempo permite a la mayoría de las personas recuperarse de la pérdida, sobre todo si cuentan con el apoyo de su entorno social y mantienen hábitos saludables. Sin embargo, no hay una duración del duelo que pueda considerarse “normal”; aceptar la muerte —o la ausencia— de alguien cercano puede tomar meses e, incluso, años.

Tampoco se pueden anticipar las reacciones, pues cada quien vive la experiencia a su manera. Si la relación era difícil con la persona fallecida, esto puede añadir otra dimensión al proceso de duelo: se necesitará reflexionar un tiempo antes de lograr ver la relación con nuevos ojos y acostumbrarse a la pérdida. Pero si el duelo se torna muy lento y complicado, hay que buscar la ayuda de un profesional calificado, como un psicólogo, tanatólogo o terapeuta emocional.

A continuación te comparto algunas estrategias para superar un duelo y continuar con la vida:

  1. Sé compasivo contigo mismo. Para asumir la pérdida y hacernos a la idea de la ausencia, se requiere tiempo; no te apresures o te sientas mal por el proceso que vives y date tiempo para superarlo.
  2. Expresa tus sentimientos. Habla de lo que sientes con alguien; todos necesitamos compartir nuestra experiencia, demostrar lo que sentimos por la persona ausente y rodearnos de cariño.
  3. Recuerda a la persona. No olvides a alguien que fue parte de tu vida y, para poder asumir que se ha ido, hay que abrir paso a los recuerdos hasta que dejen de ser dolorosos.
  4. Pregunta qué fue lo que pasó. Puedes necesitar esa información para integrar y asumir la pérdida en tu vida personal.
  5. Acude a las reuniones relacionadas con la muerte de la persona. Es otra forma de reconocer socialmente la partida del ser querido. En ese ambiente, los dolientes se apoyan y comparten su dolor.
  6. Respeta y haz respetar tu modo de llevar el duelo. Cada uno expresa el dolor de un modo diferente y pasa de una fase a otra en distintos momentos, según su carácter y sus vínculos con el ausente. En estos casos, el respeto al proceso de cada quien es la mejor opción.
  7. En cuanto puedas, retoma tu rutina. Los horarios, hábitos y costumbres son buenos aliados, ya que nos devuelven a la realidad del día a día; pero no hay que forzar el proceso, pues cada quien regresará a su rutina o establecerá una nueva cuando esté preparado.
  8. Sigue adelante. La vida no cesa porque muera un ser querido; aunque tu dolor pueda ser intenso, es muy probable que haya personas a tu alrededor que te necesiten a su lado y te quieran “vivo” o “viva”. Ésa puede ser una buena razón para arrancar y continuar con tu cotidianidad.

Nuestra vida es efímera: todo nace, vive y muere. Por eso es tan importante disfrutar el aliento de la vida cuando está; aprovechar cada momento con nuestros seres queridos como si fuera el único, como si no hubiera un mañana. Pero no olvides que somos viajeros en el tiempo y en el espacio; por ello, aunque nuestros seres queridos dejen su existencia física en nuestro plano, siguen vivos en nuestras mentes y nuestros corazones para siempre. Agradezcamos ese tiempo compartido con ellos y bendigamos la suerte de habernos encontrado.

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