
Dice en español la letra de la canción “Time” de The Alan Parsons Project: “El tiempo se mantiene fluyendo como un río hacia el mar”. Y, al escucharla, podemos imaginarnos navegando en un bote por ese río, dejándonos llevar por la corriente y entregándonos a un dulce hacer nada, sin preocuparnos por el destino.
Para algunos, lo anterior constituye una representación perfecta del descanso ideal. Sin embargo, hay quienes prefieren mantener la mente y el cuerpo ocupados mientras observan el paisaje y se dejan llevar; en otras palabras: desean hacer algo mientras no hacen nada para evitar el aburrimiento, es decir, buscan tener un buen pasatiempo.
El pasatiempo, también conocido como hobby, es una actividad que se hace por gusto durante el tiempo libre. Seguramente habrá quien diga que resulta ocioso invertir tiempo en explicar algo tan sencillo; no obstante, creo que el dedicarse a una actividad que no sea el trabajo —la labor que nos procura los medios para subsistir— o el sueño, merece algo más que un párrafo.
¿Desde cuándo hay hobbies?
Imagino que siempre ha existido gente que decide ocupar su tiempo libre en alguna actividad agradable. Sin embargo, la lista de personas que practicaban hobbies aumentó a partir de la Revolución Industrial, proceso histórico en el que la tecnología comenzó a hacernos la vida definitiva y notoriamente más fácil, lo cual ocasionó que la gente tuviera más tiempo para el ocio.
Una muestra de lo anterior es que, antes de la Revolución Industrial, actividades como la observación y el estudio de la naturaleza eran realizadas casi exclusivamente por los hombres de ciencia, pero después un buen número de personas —con mucho tiempo libre— comenzó a interesarse en dichos temas. Las horas que estos aficionados pasaron mirando a través de un telescopio o un microscopio, o experimentando con diferentes elementos químicos por simple curiosidad, trajo como resultado desde el descubrimiento de cuerpos celestes hasta importantes contribuciones para el avance de las ciencias naturales. Y esta tendencia continúa en la actualidad: podemos encontrar un ejemplo en las manifestaciones del cambio climático —como tormentas atípicas y deshielos fuera de temporada— documentadas por videoaficionados o turistas incluso antes de que las autoridades u organismos responsables pudieran hacerlo.
¿Qué tipos de hobbies existen?
Indagando en la red, descubrí al doctor en sociología Robert A. Stebbins, quien ha dedicado una buena parte de su vida al estudio del tiempo libre y las actividades de los aficionados. En su libro Serious Leisure – A Perspective of Our Time, habla del ocio serio —que implica un esfuerzo sistemático y el desarrollo de ciertas habilidades, como las que se necesitan para observar y catalogar aves—, del ocio casual —ofrece una satisfacción inmediata y no requiere de un conocimiento previo para disfrutarlo, como un paseo por el parque—, y del ocio basado en un proyecto—el cual precisa de esfuerzo, planeación y a veces estudio o entrenamiento por un determinado periodo, como cuando alguien se prepara para un evento deportivo o un festival de arte. En este libro, Stebbins también categoriza los hobbies:
- Coleccionismo. Actividad que implica la búsqueda, localización, adquisición, organización, catalogación, almacenamiento y exhibición de lo que se colecciona.
- Creación y restauración. Algunos ejemplos son el modelismo a escala, como la construcción de modelos funcionales de motores o incluso de máquinas de vapor; el diseño y la elaboración de ropa, la cocina y, últimamente, el desarrollo de modelos para impresiones en 3D. Aquí también podrían entrar la remodelación —tuning— de autos antiguos, y la reparación, reconstrucción y mantenimiento de aparatos mecánicos, eléctricos o electrónicos —triciclos, cámaras fotográficas, tocadiscos, radios, videocaseteras—, así como la restauración de muebles antiguos.
- Participación en actividades. Incluye la recreación al aire libre —caminatas, ciclismo, canotaje, montañismo, caza, pesca u observación de la naturaleza— y actividades caseras, como la jardinería —si bien podría considerarse una actividad al aire libre, Stebbins insiste en que típicamente se lleva a cabo en un área de la propia casa conocida como jardín—, el gusto por escuchar música, la lectura e, incluso, el jugar videojuegos hasta dominarlos.
- Artes o artesanías. El canto, la actuación, la magia, la danza, la ejecución de algún instrumento, las artes marciales, la escritura, la cinematografía, la fotografía, la joyería, el dibujo, el grabado o la pintura son posibles opciones.
- Deportes y juegos. Este apartado no requiere de explicaciones, pero es importante mencionar la distinción que existe entre la práctica de actividades deportivas que tienen un equivalente en el mundo profesional —el tenis y el fútbol son ejemplos clásicos— y aquellas que no, como una larga caminata, o un juego de canicas, o un “bote pateado” o hasta una buena sesión de “burra tamalera”.
Como se puede ver, la clasificación del doctor Stebbins comprende actividades que involucran la adquisición de paz interior, el fortalecimiento físico, el enriquecimiento intelectual o, simplemente, la diversión. En suma, la satisfacción física, mental y espiritual que nos lleva a estar bien con nosotros mismos y con los demás. Por otro lado, cabe decir que algunos de estos hobbies pueden constituir un trampolín para dar el salto a un oficio o trabajo remunerados, ya que cualquier pasatiempo —si se toma en serio— implica la adquisición de conocimientos y habilidades para llevarlo a cabo.
¿Y?
Todo comienza con darnos cuenta de que el ocio total termina por aplanarnos las asentaderas, hasta que sentimos la urgencia de salir de la cama y de hacer algo que nos gusta. Sin importar lo que elijamos, nos costará tiempo, quizá dinero y, seguramente, esfuerzo. Pero cuando se hacen las cosas por el simple gusto de hacerlas, como este artículo, incluso cuando salen medio mal, nos enriquecen.

