Jacques Cousteau: el hijo consentido de Poseidón

Jacques Cousteau: el hijo consentido de Poseidón
Bernardo Monroy

Bernardo Monroy

Personas que inspiran

En la mitología griega, Poseidón era el dios del mar. Su imponente imagen, alzando su tridente y controlando los océanos a voluntad, permanece en el imaginario y la hemos visto en todos lados: desde obras de arte hasta en comerciales de mariscos. Y no cabe duda de que es la metáfora perfecta para hablar de quien fue el favorito de sus hijos —porque el dios, según la leyenda, tuvo muchos—, un hombre cuyo amor por el mar lo llevó a explorarlo, cuidarlo y, sobre todo, a divulgarlo.

Si Carl Sagan nos mostró la belleza y la inmensidad del cosmos, este noble comandante francés hizo lo propio con el mar. Me refiero, desde luego, a Jacques Cousteau y ésta es una breve semblanza de su vida y obra, que quizá no sea tan profunda como algunos de los lugares que exploró, pero sí invitará al lector a, al menos, remojar sus pies en la orilla del mar.

Su vida, nada “silenciosa”

Jacques-Yves Cousteau nació un 11 de junio de 1910 en el municipio francés de Saint-André-de-Cubzac. Su vida estuvo marcada por la pasión y el amor a la naturaleza. Se graduó como oficial naval e hizo mucho por el cine documental y la investigación oceanográfica, pues fue el autor de Le monde du silenceEl mundo del silencio—, un proyecto que empezó con la publicación de dos libros escritos en colaboración con Frédéric Dumas, publicados en 1953, que tres años más tarde se convertiría en un documental homónimo que sería todo un hito para la época.

Jacques-Yves Cousteau

A partir de ese momento, Jacques Cousteau empezó a cambiar la percepción que la gente común tenía no sólo del mar, sino de la vida submarina y del buceo, pues en Le monde du silence lo retrata todo de forma maravillosa, ayudado por el cineasta Louis Malle. El producto fue tan bueno que, en su momento, se hizo merecedor de la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes.

Es importante destacar que, en su juventud, Cousteau creía que su auténtica vocación no estaba en las aguas, sino en el aire, pues quería especializarse como piloto. Sin embargo, en 1936 tuvo un accidente de tránsito, se rompió los brazos y durante su rehabilitación descubrió las ventajas de flotar. Así, su vida cambió de rumbo: de las alturas y las nubes a las profundidades y los corales. La vida es, valga la analogía, como flotar en el agua sin rumbo fijo y ésta suele llevarnos por caminos inesperados. Monsieur Cousteau no fue la excepción.

Como si lo anterior no fuera suficiente, mucho antes de que destacara como documentalista y divulgador, Cousteau tuvo un importante papel como innovador en 1944, cuando junto con el ingeniero Émile Gagnan coinventó el sistema de respiración autónomo con un regulador a demanda o escafandra autónoma. Sobre la importancia de este invento para la exploración submarina, puedes checar la página de internet www.aqualung.com.

Calypso

Jacques Cousteau era un hombre deseoso de investigar y, sobre todo, de divulgar lo que iba conociendo. Siendo una persona inquieta y creativa, a lo largo de su vida hizo mucho más que inventar, filmar y mostrar sus hallazgos, y gran parte de todo esto lo logró a bordo de un barco que era casi parte de él. No se puede hablar de la vida de Cousteau sin mencionar al Calypso, bautizado así en honor a la diosa griega, hija del titán Atlás.

El famoso 'Calypso'

En origen, el Calypso fue un dragaminas construido en Reino Unido en 1942; tras la Segunda Guerra Mundial, en 1950, fue adquirido por un millonario que lo rentó a Cousteau por la simbólica cantidad de un franco al año, con la condición de que no se revelara su identidad. Con el tiempo, el explorador francés lo convirtió en un verdadero laboratorio de investigación oceanográfica.

En 1996, el Calypso chocó contra una barcaza y se hundió en Singapur. De modo irónico, el 25 de junio del año siguiente Jacques dejó este mundo debido a un paro cardíaco. Con respecto al Calypso, aunque fue reflotado para ser llevado a Marsella con el fin de restaurarlo, ha sido objeto de varios litigios legales entre los herederos de Cousteau y a la fecha su restauración no ha podido completarse.

Maremoto

Pero no todo fue perfecto en la vida de Jacques-Yves. Ningún ser humano es inmaculado y, en el mejor de los casos, nadie se salva de los chismes. En 1993, el periodista Bernard Violet publicó el libro Cousteau, una biografía, donde reveló que el investigador francés era un codicioso hombre de negocios y, por si fuera poco, que de joven y durante la Segunda Guerra Mundial fue antisemita y simpatizaba con los nazis, como lo señala el artículo “Cousteau was anti-semitic and a liar, says biographer”, publicado en el periódico inglés The Guardian el 16 de junio de 1999. Sea como sea, no se puede borrar el impacto que el comandante Cousteau tuvo en la divulgación de la ciencia y de la belleza de los océanos; prueba de ello es su emblemático programa de TV The Undersea World of Jacques CousteauEl mundo submarino de Jacques Cousteau—, dirigido por Alan Landsburg, que se transmitió por primera vez de 1968 a 1976, y que en México se ha retransmitido varias veces con un doblaje cuyo característico acento francés permanece en la memoria de muchos y ha sido objeto de homenajes y de burlas.

Jacques Cousteau a bordo del 'Calypso'

Ojalá ahora que las teleseries tienen un nuevo auge y forman parte de nuestras vidas gracias a los distintos servicios de streaming, regresen aquellos extraordinarios capítulos donde el francés, con su narración, nos contagiaba su fascinación por los mares y sus formas de vida.

El legado

Hoy en día, Cousteau es recordado y reconocido en casi todo el mundo. Su imagen, a bordo del Calypso y con su característico gorrito rojo, es identificada en páginas web, películas y documentales. En el website de la Sociedad Jacques Cousteau —www.cousteau.org—, fundada por él en 1973 y presidida hoy en día por su segunda esposa, Francine, cuenta con más de 50 mil miembros y difunde información sobre su vida y sobre la importancia de la preservación de la vida marina.

Medalla-bajorelieve 'Jacques-Yves Cousteau' por Lev Razumovsky

A lo largo de su vida, Cousteau dejó muchas entrevistas, muchos mensajes, muchas películas y documentos. Pero, sin duda, una frase que resume su vida y obra de forma maravillosa es aquella en la que afirma: “Muchas personas atacan al mar, yo le hago el amor”.

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