Ha llegado la Navidad y cada año es un eterno retorno a las mismas escenas de siempre: la tía envolviendo los regalos a la última hora, el familiar “malacopa”, las discusiones en la cena, el arbolito con su serie de luces… y, claro, las películas de la temporada, que todos hemos visto hasta la saciedad.
Como las hemos visto tantas veces mientras esperamos que el pavo y los romeritos estén listos, sus tramas nos emocionan lo mismo que la charla trillada del pariente al que sólo vemos la noche del 24. Pero hay que aceptar dos hechos indiscutibles: uno, que forman parte de nuestra educación sentimental y de los recuerdos de nuestra niñez, y dos, que las narraciones navideñas, escritas o audiovisuales, son tan diversas que forman un subgénero en sí mismo.
En efecto: no todo es Mi pobre angelito o Canción de Navidad; en esta época también hay acción, terror, comedia y misterio. No en vano Jeremy Arnold —autor del libro Christmas in the Movies: 30 Classics to Celebrate the Season— publicó en el portal de espectáculos Hollywood Reporter un artículo donde aclara los criterios para considerar navideña una película, y que no son ni la fecha de salida, ni la época en que transcurre la trama, ni mucho menos el género.
Repasemos pues algunas películas, novelas y cuentos ambientados en Navidad, pero que también pertenecen a otros géneros literarios y del cine.
Para ver en Navidad…
Duro de matar (1988), ¿es una película navideña o una película de acción? Esa pregunta persiste entre los aficionados al cine ochentero cada año —quizá con la misma persistencia que “¿Quién le entra al intercambio?” en las empresas—, y es que la historia con Bruce Willis en el papel de John McClane, pateando traseros terroristas en la Torre Nakatomi mientras se celebra la Nochebuena, es una de las mejores películas de acción jamás filmadas.
Pero para dar respuesta a la interrogante, el guionista del filme Steven E. De Souza aclaró que sí se trata de una película navideña. Así las cosas, podemos pensar que otras películas de géneros diversos también lo son. Veamos algunas.
Otro de los clásicos del cine ochentero es Gremlins (1984), en la que estos simpáticos y aterradores monstruos despedazan un pueblo estadounidense, adornos y arbolitos incluidos, entre villancicos y con el inolvidable tema musical de Jerry Goldsmith de fondo. Hay comedia, hay terror… y hay Navidad.
Mucho antes del boom de películas de superhéroes, salió en los cines Batman regresa (1992) de Tim Burton. Durante la Navidad, el Caballero de la Noche —caracterizado por Michael Keaton— se enfrenta al Pingüino y a Gatúbela entre regalos y árboles iluminados. Es cine de acción, de superhéroes… y navideño.
En los años 80 y 90, la comedia adolescente gozaba de excelente salud. En ese entonces, uno de los galanes —ahora olvidados— era Jonathan Taylor Thomas, quien protagonizó En casa para Navidad (1998), una cinta sobre un joven universitario que debe llegar a cenar con su familia… pero fue abandonado por los bullies de la escuela a mitad del desierto con un traje de Santa Claus.
Por otro lado, el terror y la Navidad se llevan bastante bien en el cine: el asesino serial disfrazado de Santa Claus es un cliché que tuvo uno de sus primeros momentos en Silent Night, Deadly Night (1984) y ha aparecido hasta en American Horror Story. En cuanto al Krampus, ese monstruo alpino que secuestra a los niños malos en Navidad, ha salido en películas más de una vez.
El listado de cintas navideñas sería interminable, pero es imperativo recordar Nightmare Before Christmas —El extraño mundo de Jack— (1993), de Henry Selick, una maravillosa fantasía oscura sobre el Halloween y la Navidad; y, más recientemente, la hilarante Fatman (2020), donde Mel Gibson da vida a un Santa Claus alcohólico, semi retirado y amargado, que es perseguido por un matón a sueldo contratado por un niño a quien no le trajo lo que pidió.
Y para leer antes de cenar pavo…
La literatura ambientada en Navidad y que también pertenece a otros géneros tiene tantos ejemplos como los del cine. Y aunque la narración más famosa y bella la escribió Charles Dickens, aún hay mucha tela de donde cortar.
De entrada, están Arthur Conan Doyle y Agatha Christie, dos maestros del género, que ambientaron dos historias en estas fiestas: en “El carbunclo azul” y Navidades trágicas, respectivamente, Sherlock Holmes y Hércules Poirot —dos de los más grandes detectives de ficción— resuelven crímenes en plenos 24 y 25 de diciembre.
El terror literario siempre será uno de los géneros favoritos en cualquier fecha del año. Esto lo sabe muy bien el hijo de Stephen King, Joe Hill, quien es el autor de la novela NOS4A2—un juego de palabras de “Nosferatu”, escrito como una placa de coche—, en la que un anciano tenebroso secuestra niños para llevarlos a la Tierra de Navidad, donde todo el año es esa misma fecha.
Además de haber logrado una de las más sórdidas descripciones de un asesinato en el medio rural —en A sangre fría—, Truman Capote fue un excelente cuentista. Prueba de ello es “A Christmas Memory”, un cuento sobre la amistad de un niño de siete años con su prima, una alocada y encantadora adulta mayor. El relato es tierno y costumbrista, quizá de lo mejor de Capote.
Ilustración de Beth Peck para el cuento “A Christmas Memory”.
En la red abundan historias clásicas de la literatura estadounidense ambientadas en las felices fiestas, pues muchas son del dominio público ya que sus autores las publicaron a principios del siglo XX. Un ejemplo es “Christmas Eve in War Times” —“Temporada navideña en época de guerra”—, un cuento navideño de Edward Payson Roe, ambientado en la Guerra Civil estadounidense.
Otra historia, mucho más tierna, proviene de la pluma de Eleanor Hallowell Abbott: “Peace on Earth, and Good Will to Dogs” —“Paz en la Tierra a los perros de buena voluntad”—, que desde sus primeras líneas nos dice de qué va el asunto: “Si no te gustan los perros y la Navidad, no leas esto”.
Hay muchas historias de este estilo y la Navidad sucede una sola vez al año. De modo que ha llegado el momento de cerrar el libro o apagar la televisión, computadora o dispositivo móvil… pues la cena se enfría.