Además de los miles de infectados y de fallecidos que ha dejado tras de sí la pandemia de coronavirus, quienes seguimos los acontecimientos de esta agitada parte del siglo XXI nos enfrentamos a un mal necesario: las noticias, los noticieros y los medios periodísticos, algunos de los cuales se han esforzado por cubrir la pandemia con seriedad y precisión, pero otros… no tanto.
Y es que, como muchas otras cosas en la vida, el trabajo periodístico no está exento de intereses económicos y políticos, y por esa razón muchos medios y comunicadores se han dado a la tarea de publicar todo tipo de notas en torno a la pandemia, algunas de las cuales resultan útiles y brindan información puntual, y otras que sólo abonan a la neurosis, al pánico y a la polarización política.
¿Estás cansado de sentir pesar, miedo e indignación, y de tener un conflicto con alguien cada vez que lees u oyes noticias? Acá te comparto tres consejos para entender mejor las noticias y no perder la cabeza al navegar entre ellas.
Elige los medios correctos
Si lo tuyo es el amarillismo, la nota sensacionalista, el “ahora sí ya nos vamos a morir todos” y el conflicto, y te gusta descargar verbalmente en tus redes contra algún político o contra quienes no piensan como tú —y además crees que siempre tienes la razón—, sigue con los medios tradicionales: éstos te darán lo que necesitas para alimentar tus fobias, frustraciones e intolerancias.
Considera lo siguiente: como muchas otras industrias, los medios periodísticos dependen del rating —esto es, el número de ejemplares vendidos, de vistas o de clics en sus portales— para sobrevivir, así que su prioridad no es informarte con precisión y claridad, sino hacer que compres su publicación o que des clic en su contenido —y, claro, de paso veas sus anuncios.
Para ello echarán mano de los click-baits, que son notas con encabezados sensacionalistas y ambiguos que funcionan a modo de anzuelo para picar tu curiosidad o coraje, y que des un clic en la nota. Tristemente, pocos medios mexicanos están exentos, en mayor o menor medida, de esta práctica.
Por eso, si prefieres contar con información sobre la pandemia precisa y sin sesgos ideológicos, políticos o informativos, y así tener elementos para tomar tu propia postura, tu camino será un poco más largo: te recomiendo seguir cuentas institucionales como la de la OMS, académicas o científicas que, como no buscan monetizar sus contenidos, suelen ser más objetivas, mesuradas y confiables.
Lee hechos, no opiniones
Ahora bien, aunque en los medios periodísticos actuales uno puede encontrar abundantes ejemplos de ambas, hay que distinguir una noticia de una opinión. El diccionario define una noticia como un “informe que se da acerca de algún acontecimiento reciente”, y una opinión es “un juicio o concepto que se forma alguien acerca de algo o de alguna persona”.
Cuando uno consume información periodística, a menudo las noticias y las opiniones están entremezcladas. Pero la noticia se distingue porque es un hecho comprobable que puede resumirse en una cifra o un enunciado —ejemplo: “Este lunes se confirmaron 895 nuevos casos de covid en CDMX”—, mientras que una opinión es un punto de vista personal y subjetivo acerca de un hecho.
En estos días de acendrada división entre facciones e ideologías, la cual se ha manifestado en las redes sociales, lo mejor para evitar entrar en polémicas, dimes y diretes, es ceñirse a los hechos y no a las opiniones del día de tal o cual político, de determinado periodista o del líder de opinión en turno. Así, sólo responderás a la realidad y no a lo que alguien más opina sobre ella.
“Podrías” y citas
“El covid PODRÍA contagiarse por vía aérea”, “Un solo infectado PODRÍA contagiar a más de 200, según estudio”, “Coronavirus PODRÍA tener un rebrote a final del año”, “Un nuevo virus en China PODRÍA convertirse en una nueva pandemia”… ¿Te suenan familiares estas “noticias”?
En los últimos días hemos sido testigos del uso y el abuso del pospretérito, un tiempo verbal que alude a una posibilidad o a una situación hipotética, pero que en sí no está expresando un hecho o acontecimiento por lo que, en estricto sentido, no se trata de una noticia: no nos está notificando de un hecho, sino de una teoría, una posibilidad o hipótesis aún sin verificarse ni comprobarse.
Si bien es importante conocer el curso de las investigaciones científicas en el combate a esta pandemia, queda claro que no resulta muy conveniente llenarse la cabeza con posibilidades sin comprobar y con sucesos extraordinarios que aún no tienen lugar, especialmente si son atemorizantes.
El último consejo tiene que ver con las citas textuales: según una regla no escrita, cuando una frase se publica entrecomillada se asume que es una cita textual del entrevistado; es decir, una reproducción palabra por palabra de lo que este personaje dijo. Pero, por desgracia, muchos medios olvidan esta regla y “ponen en boca” del funcionario frases que nunca dijo… con el fin, claro, de que te enojes con él o con ella, comentes la nota… y veas los anuncios.
Entonces, como en la vida, más que creer lo mejor es comprobar: antes de engancharte emocionalmente e irte contra el fulano o la señora, toma un par de segundos para leer la frase textual. Y ahora sí: reacciona a lo que dijo el personaje, no a lo que quiso redactar el reportero.
Para vencer a esta pandemia, todos necesitamos informarnos con precisión y constancia. Pero no sólo eso: también debemos conservar la razón en medio de esta crisis sanitaria, social, económica y política sin precedentes. Por eso es importante procurar aquello que resulta útil para tu bienestar y supervivencia, y alejarte de lo que sólo te provoca ira, morbo o temor.