Si recoges a un perro hambriento y lo haces prosperar, no te morderá;
esa es la principal diferencia entre un perro y un hombre.
Mark Twain
Los animales son nuestros compañeros de planeta, que es nuestro hogar. Son a la vez hermanos menores y mayores, compartimos con ellos el mismo techo abovedado salpicado de estrellas y nos hacen compañía en esta fascinante experiencia de estar vivos. A pesar de ello, nuestra historia con ellos muchas veces ha sido tiránica y perversa: hemos abusado de los animales larga y cruelmente, los hemos hecho sufrir por placer y hasta exterminado muchas especies.
Los animales, sin embargo, gracias a que son “más naturales” que nosotros, en ocasiones pueden demostrar un comportamiento más empático que el nuestro. Por ello, aunque pueden parecernos extraños, tiernos, aterradores o peligrosos, también pueden ser heroicos. A esta última categoría de animales los distingue un conjunto de habilidades y la disposición de ponerse ellos mismos en riesgo en función de ayudar a los demás.
Esta es la definición del heroísmo, pues desafía el instinto de todo ser vivo, humano o no, de conservar y preservar la propia vida. A continuación, haré mención de tres ejemplos de compañeros de vida animales que se han distinguido por actuar en función de salvar vidas humanas.
Perros de rescate
Cuando uno trata de cerca a estos animales, la conocida frase “El perro es el mejor amigo del hombre” no resulta tan simbólica después de todo: su actitud, su lealtad, su conducta y el modo en que demuestran al humano su afecto incondicional son, sin duda, un regalo de la vida.
Por si fuera poco, existe una labor que algunos de ellos realizan y que marca la diferencia entre la vida y la muerte: estos valientes animales arriesgan su pellejo para rescatar a quien lo necesite, escarban a través de los escombros y tienen la capacidad de detectar, con su olfato, a posibles víctimas atrapadas.
Los perros de las razas más adecuadas —como el labrador, el pastor alemán y el dálmata— son entrenados desde jóvenes para participar de forma activa en las labores de rescate cuando suceden tragedias como derrumbes y explosiones, y catástrofes naturales como huracanes y terremotos. Sus sentidos del olfato y de la audición, muchísimo más agudos que los nuestros, los convierten en extraordinarios rastreadores y localizadores de personas.
Una gran cantidad de estos perros de búsqueda han localizado y rescatado a infinidad de personas perdidas en desastres naturales. Su ayuda, más allá de la utilidad, es realmente indispensable. Y algunos también ayudan a detectar sustancias peligrosas o prohibidas, como tóxicos y explosivos.
Dentro de estos animales heroicos, sin duda la más famosa en México es la perrita Frida, que recientemente “se retiró” de las labores de rescate, tras años de servicio y con alrededor de cincuenta rescates en su haber, destacando la labor que hizo tras el terremoto del 19 de septiembre del 2017 en la Ciudad de México.
Ratas detectoras de minas
Las ratas normalmente son vistas con repulsión por los seres humanos. Las asociamos con la basura, la suciedad y muchas enfermedades. Sin embargo, en ciertas áreas del África consideradas “de alto riesgo”, estos animalitos han estado salvando vidas mediante la detección olfativa de minas terrestres.
Se ocupan ratas en este trabajo de campo por dos razones básicas: la sensibilidad de su nariz y por su peso, pues son físicamente tan ligeras que no pueden hacer detonar ninguna mina, aunque la pisen. Su labor consiste, primero, en encontrar una mina para luego levantar la nariz al aire; entonces, un experto comenzará el proceso de inutilizar el dispositivo con una detonación a distancia segura.
Es indiscutible lo impresionante que resulta el hecho de que exista un pequeño ejército de ratas africanas adiestradas para limpiar amplísimos campos de minas. La agencia holandesa que encabeza este programa sin fines de lucro, llamada APOPO, también está utilizando ratas en laboratorios para detectar tuberculosis, otra importante labor para salvar vidas humanas.
Palomas mensajeras
Las palomas tienen la capacidad de hacer bien una cosa en particular: volar a casa. A lo largo de la historia, estos seres alados han desempeñado un papel vital en diversos intercambios entre civilizaciones. Y en los tiempos previos a las telecomunicaciones, las palomas tenían un gran valor, pues eran el medio que se usaba para enviar noticias importantes de un lado a otro.
La paloma mensajera se entrena para que vuele de regreso a su palomar desde largas distancias cargando algún tipo de mensaje, normalmente guardado en un tubo anular que se les coloca en una pata. A la actividad de cría y adiestramiento de estas aves se le conoce como colombofilia. Gracias a una especie de brújula interna, estas palomas se guían por su olfato y, ya cerca de su casa, se orientan buscando puntos de referencia naturales y artificiales familiares.
Por alguna razón, las palomas han sido calificadas despectivamente por muchos como “ratas voladoras”; pero es un hecho que a lo largo de los años han salvado innumerables vidas, incluso en circunstancias extremas: ahí está el caso de una paloma mensajera en particular, llamada Cher Ami—“querido amigo”, en francés—, que aun teniendo un disparo en el pecho y otro en una pata, y cegada de un ojo, voló cuarenta kilómetros en 25 minutos. El mensaje que entregó la valiente paloma salvó las vidas de doscientos soldados estadounidenses en la Primera Guerra Mundial. Sin duda, si Cher Ami hubiera sido humana, habría sido condecorada con honores y hoy se hablaría de su proeza en libros de historia y en documentales sobre héroes de guerra.
Y para ti, ¿qué significa el heroísmo? ¿Conoces a algún animal o humano que haya realizado un acto heroico?